El fiscal Jean-François Ricard subrayó hoy que el terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, “Carlos” ha demostrado durante su juicio en apelación iniciado el pasado 13 de mayo que “no ha cambiado nada” desde hace tres décadas cuando se produjeron los atentados por los que está acusado.
“Es absolutamente el mismo” que cuando fue capturado en Sudán en 1994 y que cuando estaba al frente del grupo al que se atribuyen los cuatro atentados mortales de 1982 y 1983 por los que fue sentenciado a cadena perpetua en primera instancia en diciembre de 2011, señaló Ricard al comienzo de su requisitoria.
Aludió, entre otras cosas, a que “su admiración por las dictaduras sigue ahí”, al tiempo que consideró “falso” que “Carlos” pueda considerarse un político como él pretende, ya que en su historial no hay “ni un comienzo de una reflexión política”.
Destacó que el acusado es “el producto de una época que ya no existe”, desaparecida en particular con la caída del Muro de Berlín y de los regímenes soviéticos que en Europa le dieron cobijo en las décadas de los años 70 y 80, y que “en múltiples ocasiones” durante las vistas “las declaraciones de Ramírez Sánchez han aparecido alejadas de la realidad”.
Señaló que tanto él como la otra imputada en este proceso por cuatro atentados mortales cometidos en Francia en 1982 y 1983, la alemana Christa Frohlich, “han rechazado el principio mismo de este proceso”, esta última al negarse a estar presente ante el Tribunal de lo Criminal de París y el primero con continuas “cortinas e humo” para evitar el análisis de fondo de los hechos.
Criticó en particular al venezolano por rechazar, con carácter sistemático y por razones de forma, las pruebas que se han presentado contra él para “sobre todo no entrar en el fondo del debate”.
Una referencia que evoca el último procedimiento intentado por la defensa de Ramírez Sánchez esta misma mañana para suspender el programa establecido del proceso -alegando que un testigo que se ha dado por muerto en realidad sigue vivo en Siria-, y que fue rechazado por los jueces.
Igualmente aludió a la oposición de “Carlos” a admitir la validez de los abundantes documentos incluidos en la instrucción, procedentes de los servicios secretos de los antiguos regímenes socialistas de la República Democrática Alemana (RDA), Hungría o Rumanía sobre el grupo de “Carlos”, que utilizaba esos países como retaguardia.
“¿Por qué razón los servicios del Este habrían escrito miles de documentos falsificados?” se preguntó retóricamente Ricard, que recordó que habían sido redactados años antes de la caída del Muro de Berlín por lo que “no tiene lógica ninguna de las hipótesis” lanzadas por Ramírez Sánchez para
El representante del Ministerio Público hizo hincapié en que “la gravedad de esos crímenes” por los que está imputado “es excepcional” en primer lugar por las víctimas que causaron -once muertos y un centenar largo de heridos-, pero también porque con ellos “se intentó aterrorizar a un país”.
La requisitoria debe prolongarse durante toda la tarde y culminará con la petición de penas, antes de que mañana se dé la palabra a los letrados de la defensa y luego, por última vez, al propio acusado.
Salvo sorpresas, el juicio visto para sentencia el miércoles y tras la deliberación ese mismo día el tribunal dará a conocer su sentencia.
Ramírez Sánchez está encarcelado desde agosto de 1994 en Francia, donde ha sido condenado en dos ocasiones a cadena perpetua, la segunda por los cuatro atentados de 1982 y 1983 que son objeto ahora del juicio en apelación. EFE