España llega a la semifinal de la Copa Confederaciones en un terreno alejado del deportivo, acusados los jugadores de protagonizar fiestas tras los triunfos con alcohol y mujeres, que han dejado en un segundo plano el debate futbolístico de la portería y el nueve.
A horas de una nueva semifinal en un torneo internacional -la Roja ha hecho fija su presencia en esta fase desde el Mundial 2006-, el ruido que acompaña a la selección española se aleja de lo futbolístico para verse envuelta en unos hechos que han levantado la indignación de los futbolistas.
Jugadores casados, otros con novias, padres de familia se ven afectados por una información de Globoesporte que sigue publicando nuevos capítulos. A la supuesta fiesta de Recife, donde a seis internacionales españoles les robaron dinero de su hotel, según el medio brasileño tras una fiesta privada con música, cerveza, caipirinha y strip-poker, le suman ahora otro incidente tras el tercer partido ante Nigeria en Fortaleza.
Según la web brasileña el día antes de que se publicase la información que ha provocado un desmentido de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que estudia la demanda al periodista que firma la información, los jugadores españoles intentaron meter a mujeres en su hotel de concentración tras derrotar a Nigeria y al encontrarse con la prohibición de hacerlo, lanzaron objetos por las ventanas de sus habitaciones.
Desde dentro, el grupo español además de desmentir con rotundidad todas las acusaciones, se tiene la convicción de que este tipo de informaciones están saliendo en medios brasileños para desestabilizar a la selección campeona del mundo y de Europa, la gran rival de Brasil por el título de la Confederaciones.
Varios jugadores estudian demandar también al periodista brasileño que está publicando estas informaciones, mientras intentan centrarse en lo deportivo y poner todos sus sentidos en la semifinal que el jueves disputan ante Italia en el estadio Castelao.
En otro momento el encuentro llegaría con dos debates futbolísticos que han quedado aparcados: la portería y el nueve. Iker Casillas y Fernando Torres se perfilan como los elegidos por Vicente del Bosque.
El seleccionador marcó el camino a seguir en la portería el día que tenía que decidir en el inicio de la competición. Sabía Del Bosque que su decisión generaría revuelo apostase o no por Casillas. Si daba la titularidad a un portero que llevaba cinco meses sin jugar un partido oficial, el estado de Víctor Valdés sería el arma arrojadiza. Pero el seleccionador apostó por los galones.
Iker, nombrado mejor portero del mundo los cinco últimos años, no tenía nada que demostrar en la Roja donde ha sido decisivo con sus paradas en el camino a las conquistas de los éxitos recientes. En el vestuario fue entendida la decisión. Por Valdés y Pepe Reina los primeros.
Ocurrió algo inédito en una fase final. Del Bosque dio un partido a cada portero de la fase de grupos. Casillas fue el único que encajó, ante Uruguay. Reina fue un espectador más frente a Tahití y Valdés el más exigido contra Nigeria. La portería de la Roja está bien cubierta. En semifinales es la hora del capitán.
Más dudas pueden surgir en punta. La ausencia de Xabi Alonso en la Confederaciones cambió el dibujo. Retrasó la posición de Cesc Fábregas y devolvió la figura del nueve con Roberto Soldado. Justo los dos ‘tocados’ para semifinal a los que Del Bosque no tiene pensado forzar.
Aunque estuviese bien, Soldado se perfilaba suplente. Torres ha vuelto ha ganarse el protagonismo en una fase final. Se subió el último al avión a Brasil y con sus cinco goles en los dos partidos que ha jugado gana el pulso al resto de delanteros. Está a un tanto de convertirse en el máximo goleador de la historia de la Confederaciones. No habrá mejor oportunidad que ante Italia para dirigir a España rumbo a la soñada final de Maracaná. EFE