El Papa Francisco eligió la isla de Lampedusa, en el sur de Italia, para su primer viaje fuera de Roma, mostrando así su solidaridad con los miles de refugiados que emprenden cada año un peligroso viaje en embarcaciones desvencijadas, dijo el lunes en Vaticano.
La pequeña isla, el punto más meridional de Italia, es la vía de entrada para la mayoría de los inmigrantes africanos que huyen de conflictos o de las dificultades económicas para entrar en la Unión Europea.
El Vaticano dijo que Francisco estaba “profundamente conmovido” por la afluencia de inmigrantes y lanzaría una corona de flores al mar en memoria de quienes han muerto en las aguas de la isla en su visita del 8 de julio.
El pontífice se reunirá con grupos de inmigrantes que han hecho el viaje y celebrará una misa en un centro deportivo de la isla.
El centro de acogida de la isla, construido para albergar a 380 personas, se ha visto saturado y su difícil situación se han convertido en un símbolo en Europa y Italia para quienes consideran la inmigración como fuera de control.
La población de Lampedusa es de unos 6.000 habitantes pero esa cifra ha crecido a menudo con los inmigrantes que duermen en campamentos improvisados diseminados por toda la isla, que en situaciones normales vive de la pesca y del turismo.
Más de 50.000 personas llegaron al lugar en una oleada desatada por las revueltas en el norte de África en 2011, y el buen tiempo reciente ha ocasionado otro incremento entre los centenares que llegan cada semana puesto que les permite un cruce menos riesgoso. Reuters