En defensa de sus universidades algunos de nuestros jóvenes han puesto en riesgo sus vidas, declarándose en huelga de hambre, y miles se han lanzado a la calle realizando manifestaciones pacíficas en todo el país. Pero no es sólo la lucha por sus centros de estudio lo que durante estos ultimos 14 años les ha tocado defender a nuestros muchachos, quienes desde su más tierna infancia han tenido que vivir en un país que no les ha dado nunca paz y seguridad y cuya hostilidad política y social los ha hecho madurar precozmente, salirse de lo que debería ser el normal desarrollo de un adolescente, para practicar y ejercer la ciudadanía con todo lo que ella implica con valentía y convicción. Los hemos visto en la calle reclamando derechos que el régimen poco a poco ha ido socavando y oponiéndose a injusticias y arbitrariedades que se han cometido en esta ultima década.
Salieron también masivamente en el año 2007 a denunciar el cierre de RCTV, el canal mas antiguo del país, hicieron suya la causa de los presos y perseguidos políticos, sintieron, como todo el país, muy de cerca el terrible asesinato de los hermanos Fadul y exigieron que se hiciera justicia, y hemos presenciado como se han organizado para colaborar en las elecciones de manera entusiasta y eficaz. En fin, nuestros jóvenes han estado presentes en la lucha que hoy impulsa la mayoría de los venezolanos para enfrentar a éste régimen neototalitario y regresar al Estado de Derecho, a la plena vigencia de la Constitución y al respeto de los Derechos Humanos.
También son nuestros jóvenes los que lamentablemente han engrosado día tras día las cifras de muertos víctimas de la delincuencia que acosa a nuestra sociedad, delincuencia conformada a su vez en un 70% por jóvenes cuyas edades oscilan entre los 15 y los 25 años. Nuestros muchachos se están matando entre si, y todos sabemos que la descomposición social que vivimos actualmente y que afecta directamente a nuestros niños y jóvenes es producto del deterioro de la calidad de vida, de la impunidad, de la permisividad, complicidad y descontrol que el gobierno ha tenido con las armas, de la falta de políticas públicas para el mejoramiento de la educación y desarrollo en la infancia y adolescencia, de ese cáncer llamado droga que se ha apoderado de escuelas y liceos, de barrios y urbanizaciones, destruyendo el futuro de nuestro país. Mientras el extinto presidente Chávez se dedicaba a tratar de consolidarse como líder latinoamericano, su discurso y actuación para con su propio país fue de odio y división, causando la violencia social y política que estamos viviendo actualmente y que no ha cesado, sino que más bien se ha intensificado.
Nicolás también dijo: “Si van a dejar a Snowden solo para que lo persigan, lo castiguen y lo destruyan. ¿Qué delito cometió? ¿Qué ley del mundo violó? ¿Cuántos misiles lanzó Snowden y cuántos millones de personas mató? Más bien los está salvando porque está lanzando una alerta a tiempo de que un imperio terrorista pretende controlar a amigos y al mundo entero, a poderosos, a menos poderosos, a países débiles y eso es inaceptable”. “Hay que tener solidaridad con este joven”. “Y le hacemos un llamado al mundo, el mundo tiene que proteger a Snowden”. ¡Imaginense ustedes quien habla de espiar! Si los venezolanos ya no tenemos ni siquiera privacidad en nuestras casas porque el aparato de inteligencia castro-venezolano ha hecho de nuestra vida privada un show público.
¡Caramba Nicolás! ¿Y quien protege a los jóvenes venezolanos? ¿Qué delito cometieron? ¿Qué ley del mundo violaron? Nuestros muchachos están reclamando sus derechos y exigiendo que el gobierno cumpla con su deber y por esto han sido encarcelados, torturados, atacados por las hordas oficialistas y difamados por distintos funcionarios del régimen. Ellos también, y con razones mucho mas sólidas y mucho más valor, están lanzando al mundo un alerta a tiempo -como dices tu- para impedir que en Venezuela se implante un régimen neototalitario de la mano de una dictadura totalitaria de una isla que pretende controlarnos para explotarnos mejor. Ir por el mundo tratando de meter el cuento de que el régimen venezolano es humanista y solidario cuando tiene en sus calles muchachos exponiendo sus vidas por sus derechos y con sus cuerpos marcados por la violencia de las fuerzas represivas es vergonzoso, por decir lo menos. Que descaro.