Un equipo de científicos del Observatorio de París (Francia) ha demostrado la rigurosidad para medir el tiempo de un nuevo tipo de reloj atómico, que podría llevar eventualmente a la redefinición del segundo.
En su experimento, que recoge hoy la revista “Nature Communications“, los expertos dirigidos por Jérome Lodewyck comprobaron la precisión de dos relojes atómicos de entramado óptico, que contrapusieron a los más comunes, “de fuente”.
En el Sistema Internacional de Unidades (SI), el segundo se define como la duración de 9 192 631 770 periodos de la radiación de transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del átomo de cesio.
Los relojes atómicos que se utilizan actualmente para medir estos procesos -y usados para definir el segundo como unidad de tiempo- se basan en el sistema de fuente, en que se echan átomos al aire con láser, como si se tratara de una fuente convencional.
Sin embargo, los científicos del Observatorio de París han demostrado la eficacia de otro tipo de reloj atómico basado en un entramado óptico, que captura átomos sirviéndose de la luz y “los retiene lo suficiente como para hacer una medición detallada”, se señala en “Nature”.
El equipo de Lodewyck demostró el funcionamiento de este tipo de reloj usando una transición atómica con átomos de estroncio en lugar de los de cesio.
Los expertos construyeron dos relojes atómicos de entramado óptico de estroncio y hallaron que mantenían el tiempo entre ellos con mayor precisión que cuando se comparaban con tres relojes atómicos de fuente con átomos de cesio.
“Estos hallazgos representan un paso hacia un posible nuevo sistema para definir el segundo”, se afirma en la revista.
No obstante, los científicos reconocen que se necesitan más pruebas y mejoras del sistema antes de poder usar los relojes de entramado óptico para ofrecer una nueva definición del segundo SI.
Además, se requerirían “más comparaciones y de mayor escala” entre relojes ópticos diseñados y construidos por varios institutos diferentes para explorar el potencial de estas nuevas posibilidades.
Los expertos constatan “la complejidad de establecer una unidad de tiempo universal” y señalan que cualquier “redefinición del segundo SI debería contar con consenso internacional”. EFE