Según informa el diario francés «Le Matin», la rápida actuación del jefe de la joven evitó le heridas más graves, ya que las llamas llegaron a alcanzar su cabeza. Fanny está preparando una demanda contra Samsung mientras guarda reposo médico en su domicilio.
«Olía a cerdo quemado»
La explosión se produjo cuando Schlatter, aprendiz de pintor, cargaba latas de pintura en el camión de su jefe en la localidad suiza de Le Chaux-de-Fonds. «De repente escuché un sonido como el de un petardo, sentí un olor químico extraño y mis pantalones de trabajo empezaron a incendiarse», explicó al rotativo francés.
A los pocos segundos, surgió una llamarada que llegó a lamerle los hombros, lo que provocó que la joven comenzara a gritar, atrayendo la atención de su jefe, Stéphane Kubler, que le quitó los pantalones y la cogió en volandas para llevarla al cuarto de baño de una tienda cercana, dónde roció la herida con agua.
«Olía a cerdo quemado», recuerda Kubler, que fue quién rescató los restos del smartphone de los pantalones de la joven. «Estaba carbonizado y su batería tenía un tamaño tres veces superior al normal», añadió.