Humillados, indignados, y con carpeta en mano, han salido miles de venezolanos a participar en la segunda subasta del Sicad o, como yo lo he llamado anteriormente, Sistema Complementario de Administración de Devaluaciones, una suerte de parapeto, diseñado a conciencia, para devaluar escondido múltiples veces por sector y subasta; un engendro nacido para generar una expectativa, una ilusión, y una gran cortina de humo, que desvíe en todo caso la atención de la política.
En un país libre, con Estado de Derecho y, en particular, derechos de propiedad efectivos, uno compra y vende mercancías y divisas, según sus preferencias. Ese no es nuestro caso. El negocio de los grandes corruptos ha sido ilegalizar cualquier tasa de cambio de un mercado libre o paralelo, mientras se fija la tasa de cambio oficial deliberadamente baja, o sobrevaluada. Es sumamente sencillo: al fijarla expresamente lo suficientemente baja, el único que puede exportar es el Estado petrolero, por lo que el sector privado, inmediatamente, queda dependiente de sus divisas y, por tanto, del gobierno. Luego, vienen los controles, te arrodillan y te entregas.
Si la tasa de cambio no fuese premeditadamente sobrevaluada, sin duda, se los aseguro, nuestros industriales exportarían, nuestras empresas se emanciparían y desarrollarían. Pero, el Estado controla a Pdvsa y la tasa de cambio, razón ésta de nuestra dependencia. Dicho de otro modo, el Estado no quiere que el sector privado exporte y se independice. Por ello sobrevalúa el bolívar, para poder luego meter los controles de precio y cambio, hacerte depender y arrodillarte.
Con el control de cambios, el Estado se da el lujo de financiarse a tasas reales negativas; es decir, te obliga a ahorrar en los bolívares que sin pudor alguno imprime y deprecia. Y, claro que, en el proceso, unos pocos, que manejan Cadivi y las mafias cambiarias, impunemente se hacen ricos al acceder a 6,30Bs/$ al costo de la gran mayoría de la gente, que se empobrece al adquirir bienes, servicios y divisas de ese valor a más de 5 veces.
Pero, pronto se acaba esta Venezuela corrupta; pronto florecerá la Venezuela justa.
@garciabanchs