Las nuevas directrices fueron diseñadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que destacó que la ampliación del uso de los medicamentos antivirales “brinda nuevas oportunidades de salvar vidas, mejorar la salud de las personas infectadas y disminuir el número de las que contraen la infección por el VIH”.
La OMS precisó en un informe de prensa que la guía de 2013 combina recomendaciones a todo lo largo del proceso de asistencia a la persona con VIH, como son aquellas sobre la prueba del virus y la orientación conexa, el uso de antirretrovirales para prevenir la infección, y la vinculación de las personas con los servicios de tratamiento y atención de la infección, entre otros.
Entre los consejos clínicos planteados está tratar en una etapa más temprana a los adultos, adolescentes y niños mayores infectados con el virus, especialmente en enfermos con tuberculosis activa, las personas que padecen una coinfección por el VIH, embarazadas o mujeres que amamantan y niños menores de 5 años.
“En ese sentido, recomiendan que las personas que viven con VIH comiencen la terapia antirretroviral con un recuento de (linfocitos) CD4 500. Las anteriores recomendaciones planteaban iniciar el tratamiento con CD4 350”, precisó la oficina de ONUSIDA para América Latina y el Caribe.
Según los datos de la OMS, a finales de 2012 había 9,7 millones de personas en tratamiento con fármacos antirretrovirales en todo el mundo.
En la región, hasta 2011, cerca de 1,4 millones de personas vivían con VIH y la terapia antirretroviral alcanzaba entonces una cobertura del 68% en América Latina y del 67% en el Caribe, según los datos oficiales más recientes, divulgados por Onusida el 30 noviembre pasado.
La nueva guía plantea, además, orientaciones sobre el mejoramiento de la eficiencia y eficacia de las intervenciones contra la infección por el VIH, dirigidas a quienes formulan y aplican las políticas públicas en los países.
En ese contexto, propone a los Estados formular estrategias para lograr que las personas infectadas por el VIH no suspendan la asistencia específica y cumplan el tratamiento con antirretrovirales.
También descentralizar la dispensación del tratamiento con antirretrovirales a los servicios de atención primaria de salud e integrar los servicios de tratamiento con antirretrovirales a los consultorios de salud maternoinfantil, tuberculosis y tratamiento de la farmacodependencia.
“En América Latina, esta guía respalda la estrategia de Tratamiento 2.0, que los países de la región implementan desde el año 2011”, indicó la oficina regional de Onusida. EFE