Durante la Jornada, que empieza el 22 de julio, el papa otorgará indulgencias a los que estén presentes, pero los que no puedan ir a Brasil también tendrán la oportunidad de ganar la indulgencia, que reduce el tiempo que, según las creencias católicas, las almas pasan en el Purgatorio antes de llegar al cielo.
Para ello, los fieles deben seguir la Jornada por la televisón y en las redes sociales y leer y retuitear los mensajes del papa Francisco.
Pero esta iniciativa no significa que para que los pecados sean perdonados baste un par de clics, advierten desde el Vaticano. “No se pueden obtener indulgencias igual que se saca un café de una máquina expendedora”, señala el arzobispo Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.
Las indulgencias se otorgarán en el supuesto de que los católicos sigan la Jornada con devoción y de que antes de ella hayan confesado y se hayan arrepentido de sus pecados. “Lo importante es que los tuits que el papa envía desde Brasil, las fotos de la Jornada publicadas en Pinterest, produzcan efecto espiritual en los corazones de todos”, dijo Celli.