1. Envíale un mensaje subido de tono
Debes hacerlo con inteligencia. De lo contrario, todo te puede salir mal. Es conveniente seguir los consejos de un estudio publicado en la revista Archives of sexual behavior : menciona la última vez que ella tomó la iniciativa, recuérdale lo que hizo, lo que llevaba puesto, cómo olía y cuánto te gustó a ti todo eso. Mostrar satisfacción por lo que hizo aumentará la probabilidad de que vuelva a ocurrir.
2. Sorpréndela en la ducha
El elemento sorpresa puede ser muy eficaz, pero debe aplicarse en el momento oportuno, y éste debe ser en una situación donde ella esté relajada, pero que escape de las costumbres rutinarias del sexo. El momento que mejor reúne estos elementos es cuando está saliendo de darse una ducha. Ponla contra la pared y bésala desenfrenadamente. Es invocar una pasión no previsible que a ella le encantará. Además, el agua hará que su piel esté más sensible y disfrute más cada caricia.
3. Pon a trabajar tus manos
Un dato serio: el 75% de las mujeres necesitan que les estimulen el clítoris para llegar al orgasmo. Que ella esté arriba siempre le dará ventaja de controlar el roce de su cuerpo con el tuyo, pero la verdad es que lo más efectivo es estimularla –también- manualmente. Ella boca abajo y tú arriba, mientras la penetras estimúlala también con la mano por debajo. Satisfacción garantizada.
4. Sedúcela frente al espejo
Desnúdala lentamente y bésala mientras se ven en un espejo. Haz que ella se vea y se sienta sexy. Una investigación de de la Universidad McGill en Canadá reveló que las mujeres responden a las imágenes sexuales exactamente igual que los hombres. Verse de esa manera aumentará su excitación.
5. Prepara el ambiente con música
No te inhibas: ponle canciones con letras sexualmente explícitas y ritmos que lleven a una sola cosa. Eso dependerá, obviamente, de los gustos de los dos. Pero desde el último disco de Daft Punk hasta una nueva pieza de salsa pueden funcionar. Un estudio publicado por la Asociación de Psicología de los Estados Unidos concluyó que la música las incita a dejarse seducir. Pero, cuidado, no lo hagas en una primera cita: podría malinterpretar las cosas.