El papa Francisco dijo el domingo en la plaza de San Pedro que esta semana debería ser llamada la “Semana de la Juventud” porque “los jóvenes serán los protagonistas” en alusión a su viaje a Rio de Janeiro.
AFP
El pontífice viaja el lunes a Río de Janeiro para participar en la 28ª Jornada Mundial de la Juventud, a la que se espera que asista entre un millón y un millón y medio de jóvenes de 170 países, buena parte de ellos de América Latina.
En la oración del Angelus, desde la ventana del tercer piso del palacio apostólico, el papa pidió a los miles de fieles presentes en la plaza que lo acompañen “espiritualmente con la plegaria” en su primer viaje apostólico.
“Veo escrito allá ‘Buen Viaje’. Gracias. Gracias.”, dijo el papa refiriéndose a una gran pancarta desplegada en la plaza.
“Todos los que vienen a Río quieren escuchar a Jesús. Y quieren preguntarle: Jesús, ¿qué debo hacer de mi vida? ¿Cuál es el camino para mí?”, dijo Francisco.
Y preguntó a los fieles: “¿Hay jóvenes hoy en la plaza? ¿Sí? También ellos deberían hacerle al Señor la misma pregunta”.
En la parte inicial de la plegaria del Angelus, el papa se refirió a una parte del Evangelio de Marta y María en la que una le reprocha a la otra no ayudarla en las tareas domésticas y dedicarse sólo a la oración.
“Las dos actitudes no son opuestas. No deben estar separadas”, dijo Francisco.
“Una plegaria que no lleva nuestra acción hacia el hermano pobre, enfermo, desheredado, es estéril. Nuestro trabajo con el hermano necesitado nos lleva al Señor”, concluyó.
Se trató del último Angelus del mes de julio que el papa reza en Roma, ya que el próximo lo hará desde Rio de Janeiro.
Del 22 al 28 de julio Francisco cumplirá un intenso programa en Rio de Janeiro y Aparecida. Hablará en 13 ocasiones en 12 lugares diferentes.
Francisco no ha revolucionado el programa de la JMJ pero hizo algunos cambios, dado que el programa original había sido preparado por Benedicto XVI.
Habrá una fiesta de acogida del papa, las confesiones de un puñado de jóvenes, cena con algunos, via crucis, vigilia y misa final.
Francisco agregó un encuentro con prisioneros y ex drogadictos, otro con el CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana) y visitas al santuario de Aparecida, a una favela y al hospital San Francisco de Asis.