“Los venezolanos tenemos hambre de dólares”

“Los venezolanos tenemos hambre de dólares”

José Guerra, profesor de Economía en la Universidad Central de Venezuela, analiza para ABC de España, por qué ha fracasado la última subasta de divisas en la que el Banco Central de Venezuela ofreció 200 millones de moneda extranjera.

Iara Mantiñan Búa  / Madrid / ABC

En Venezuela no hay un solo tipo de cambio, sino tres. El Sistema Complementario de Divisas (Sicad); el sistema oficial: Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) y el sistema que rige en el mercado negro. Debido a esto, el valor de la moneda del país (bolívar) frente al dólar se situaba recientemente en: diez o doce bolívares por dólar (Sicad), 6,30 bolívares frente al dólar (Cadivi) y 30 bolívares por dólar (mercado negro o paralelo).





La pregunta reside en por qué el gobierno de Nicolás Maduro ha decidido instaurar un nuevo sistema de colocación de divisas (Sicad); es decir: un cambio subastado del dólar, a la ya de por sí deteriorada economía venezolana. En palabras de José Guerra, profesor de Economía en la Universidad Central de Venezuela, el nuevo sistema de subasta de divisas extranjeras permitiría «bajar el valor del dólar con respecto al bolívar en el mercado negro».

«En la última subasta el valor del dólar negro ha subido de 31 a 33 bolívares»

Sin embargo, parece que Caracas no ha conseguido lograr este objetivo, puesto que ya ha puesto en marcha dos procesos de colocación con resultados «fallidos», dice José Guerra a ABC. «En la última subasta el valor del dólar negro ha subido de 31 a 33 bolívares». El experto añade que uno de los factores que explican el fracaso de este nuevo tipo de cambio es que en la última puja, el Banco Central de Venezuela ofreció alrededor de 200 millones de la moneda extranjera cuando la demanda era de 900 millones, es decir cuatro veces más. «Los venezolanos tenemos hambre de dólares», añade.

Además, de los casi 200 millones de divisa ofrecidos, tan solo 30 podían ser comprados por personas naturales (viajeros), los otros 180 (500 mil bolívares) se vendieron a empresas automotrices, de servicios médicos y compañías que comerciaban en zonas libres de impuestos. Según Guerra «los compradores de las divisas fueron designados a dedo sin que el Banco Central de Venezuela especificara ningún tipo de criterio». Aunque uno de los requisitos para participar en el Sicad era que la empresa tenía que estar inscrita en el ya existente Registro de Usuarios del Sistema de Administración de Divisas (Rusad).

Caos económico

Antes de que se instaura el Sicad Venezuela contaba con otro tipo de cambio, a día de hoy inexistente: Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), diseñado en un principio para las personas jurídicas y al que posteriormente pudieron acceder las personas naturales. En palabras de Guerra, al sustituir el Sitme por el Sicad se ha creado una gran confusión porque «nadie sabe cuál es exactamente el valor del bolívar».