Los cerca de 200 músicos de la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño de Venezuela cumplen hoy un gran sueño: el de poder demostrar sus habilidades y sus conocimientos ante el más selecto de los públicos, en el célebre festival de verano de Salzburgo, en Austria.
Los jóvenes, de entre 14 y 25 años de edad, ofrecen a partir de las 19.00 hora local (17.00 GMT) obras de Berlioz, Prokoviev y Tshaikovksi en la “Festspielhaus”, la principal sala de conciertos de este certamen, uno de los más importantes del Europa.
En su último ensayo ante la gran cita de esta noche, los jóvenes ocupan sus posiciones, toman sus instrumentos y guardan perfecto silencio durante unos segundos, hasta que finalmente el director levanta la batuta y, tras un golpe de muñeca, comienzan a sonar las primeras notas.
“El ensayo ha ido genial, ha sido fortísimo, estamos todos súper cansados”, declaró a Efe uno de los músicos de la orquesta, Kevin Guerra (violonchelo, 22 años), y añadió sentirse “emocionado” de poder tocar ante el exigente público salzburgués.
“Sabemos que son personas que saben mucho de música y, por eso, tenemos que dar lo mejor de nosotros para quedar bien parados”, aseguró el joven venezolano.
Su orquesta forma parte de la red nacional de agrupaciones musicales de Venezuela conocida como “El Sistema”, creada por el maestro José Antonio Abreu hace 38 años, con la intención de brindar una educación artística a los niños y jóvenes con menos recursos del país, para facilitar su integración social.
“‘El Sistema’ es mi escuela, es mi casa de estudios de toda la vida y me ha ayudado a valorar a las personas no por lo que tienen, ni lo material, sino por lo que llevan por dentro”, explicó Farathnaz González, de 24 años y segunda violín de la orquesta.
La formación juvenil estará conducida por dos talentosos directores que también crecieron como músicos dentro de “El Sistema”, Diego Matheuz y Christian Vásquez. Ambos han triunfado ya más allá de sus fronteras.
Durante el ensayo, los chicos hacen gala de una gran concentración y de una destreza admirable: atentos a la mínima indicación de los directores, tocan todos al mismo ritmo y en perfecta sintonía, produciendo un sonido claro y potente que poco tiene que envidiar a otras orquestas profesionales.
Y es que, de las numerosas agrupaciones y “ensembles” con los que cuenta actualmente “El Sistema” (que ya ha llevado la música a más de 400.000 niños y jóvenes), la orquesta Teresa Carreño y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar son las de mayor renombre.
Las dos se han convertido en una especie de carta de presentación al mundo de este exitosos proyecto social, que ya cuenta con varios imitadores en todo el mundo.
“La (orquesta) Teresa Carreño para mí ha sido mi razón de vivir”, admitió una joven violinista, y agregó que los músicos trabajan muy duro, porque ensayan muchas horas todas las tardes, incluyendo los fines de semana.
“Es una satisfacción para nosotros ser ejemplo para países, sobre todo en Europa, que tienen tantos años de tradición musical, ya que nosotros (los venezolanos) apenas tenemos 38”, señaló Kevin Guerra.
No es la primera vez que “El Sistema” ofrece una muestra de su potencial en el “festival de festivales” en el corazón de los Alpes austríacos.
Sin embargo, nunca antes habían llegado desde Venezuela tantos músicos como en la edición de este año: alrededor de 1.400 jóvenes y niños han sido invitados a hacer gala de su talento ante el exigente público salzburgués.
“Yo sé lo que significa estar aquí y lo que cuesta llegar hasta aquí, y creo que el que ahora estemos aquí, también con mi orquesta, es algo único”, comentó Kevin Guerra, que ya había tenido la ocasión de visitar el Festival de Salzburgo con anterioridad.
Farathnaz González, sin embargo, nunca había visitado la ciudad, y afirmó que le ha impresionado mucho la casa natal de Mozart, la cual encontró “bellísima”, y que consiguió sentirse identificada con toda la musicalidad que desprende este lugar.
El creador del programa cultural y educativo, José Antonio Abreu, admitió ayer en rueda de prensa que el Festival de Salzburgo era un evento que permitía impulsar a “El Sistema” para darlo a conocer en el resto del mundo, puesto que formar parte de este acontecimiento abre innumerables puertas, incluso fuera de Europa.
Este visionario ha conseguido que su estructura de orquestas nacionales cristalice no solo en Venezuela, sino en otros países, donde ya se están comenzando a implementar núcleos de este sistema adaptados a las características de cada estado.
Más allá de sus logros, que no son pocos, Abreu puede congraciarse de haberse ganado el cariño de cientos de miles de jóvenes, que solo tienen palabras de admiración y lealtad hacia él y hacia su trabajo. EFE