Barnaby Jack, un famoso pirata informático que pudo forzar al banco ATM a soltar dinero y provocó mejoras de seguridad para los dispositivos médicos, murió en San Francisco.
La Oficina del Forense de San Francisco dijo que Jack murió el jueves. No dio detalles. Se cree que Jack estaba en la treintena.
Jack iba a aparecer en la convención de ‘hackers’ Black Hat en Las Vegas la próxima semana, mostrando técnicas para atacar remotamente dispositivos implantados en el corazón. Dijo que podía matar a un hombre a nueve metros.
Su especialidad era encontrar fallos en los diminutos ordenadores dentro de equipamiento de médico y de máquinas de bancos. Recibió ovaciones en convenciones de piratas informáticos por su creatividad y sus dotes escénicas.
Fue uno de los piratas más conocidos del mundo después de que en 2010 hiciese una demostración de “Jackpotting” – hacer que los cajeros automáticos suelten billetes.
La comunidad de ‘hackers’ expresó su sorpresa al conocer su muerte, que se extendió por Twitter.
“Vaya… Sin palabras”, tuiteó el pirata de telefonía móvil Tyler Shields.
El último trabajo de Jack fue en la consultora de ciberseguridad IOActive Inc, que dijo en un tuit: “Perdimos pero no olvidamos a nuestro amado pirata, Barnaby Jack ha muerto”
“Sucio bastardo. Ayer mismo estaba hablando de tu asombroso trabajo”, tuiteó Dino Dai Zovi, un ‘hacker’ conocido por sus habilidades para encontrar fallos en productos de Apple. “Se te echará de menos, hermano”, dijo.
Hace dos años, cuando trabajaba para McAfee, ingenió un medio para atacar las bombas de insulina que obligó al fabricante de los dispositivos Medtronic Inc a contratar a firmas de seguridad externas y relanzar la manera en que diseñaba sus productos.
A eso siguió un trabajo sobre dispositivos para el corazón que iba a presentar en Black Hat la semana que viene en su primera presentación en la convención desde 2010.
Jack dijo a Reuters en una entrevista la pasada semana que había encontrado una manera de atacar a pacientes que sufren del corazón entrando en los sistemas de comunicaciones inalámbricas implantados en los marcapasos y desfibriladores con monitores que reúnen información sobre sus operaciones.
“Estoy seguro de que podría tener consecuencias letales”, dijo.
Rechazó mencionar al fabricante del dispositivo, pero dijo que trabajaba con la compañía para desarrollar cómo evitar ataques contra pacientes cardiacos. Reuters