El papa Francisco urgió el sábado a cardenales, obispos, sacerdotes y seminaristas de todo el mundo a trabajar en los barrios más pobres y ser “callejeros de la fe”, en una misa oficiada en la catedral de Rio de Janeiro.
“Debemos estar muy orgullosos de nuestra vocación, que nos da la oportunidad de servir a Cristo en los pobres. Es en las favelas, cantegriles, villas miseria, donde hay que ir a buscar y servir a Cristo”, dijo en español el Papa argentino, de 76 años.
“No podemos quedarnos enclaustrados en la parroquia, en nuestra comunidad, cuando tantas personas están esperando el Evangelio”, sostuvo, en un fuerte llamado a que ayuden a los jóvenes a convertirse en misioneros y a evangelizar donde se encuentren, en “la propia casa, el ambiente de estudio o trabajo, la familia, los amigos”.
El primer Papa latinoamericano condenó también fuertemente la actual “cultura de la exclusión” y “del descarte”, donde “no hay lugar para el anciano ni para el hijo no deseado” y donde las relaciones humanas están reguladas para algunos por “la eficiencia y el pragmatismo”.
“Tengan el valor de ir contra la corriente eficientista, de esta cultura del descarte” donde la solidaridad “es casi una mala palabra”, pidió a los religiosos, que se han concentrado en Rio para la Jornada Mundial de la Juventud católica (JMJ), que se celebra en la ciudad hasta el domingo. AFP