El Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad) debería llamarse, más bien, Sicarde (Sistema Complementario de Administración del Racionamiento y las Devaluaciones Escondidas).
Las autoridades habrían podido, de forma sencilla, contener la escasez y el cambio negro, usando el Sicad como un mecanismo de subastas, es decir, un mecanismo de mercado. Pero, hasta ahora, han preferido hacer lo contrario: utilizar el Sicad como una lotería, cuyos números expost, probablemente, sean conocidos por unos privilegiados exante, para racionar al azar las divisas (80% de la demanda), adjudicando a una minoría (20%), mientras se esconden devaluaciones, y no se reduce la escasez, ni el cambio paralelo.
Pareciera que los intereses individuales de comunistas y mafiosos siguen imponiéndose, en detrimento de parte del Gobierno, y el grupo de pragmáticos y la gran mayoría del país, que proponen un cambio (una mayor flexibilización y participación del sector privado).
Pero, las presiones cambiarias se exacerban, hasta el punto de que podemos afirmar que, falta ya muy poco para la próxima devaluación.
De hecho, no creo que pasen más de 6 meses antes de que venga otra devaluación oficial. La inyección de liquidez (la demanda de dólares) crece al ritmo del 60% anual o más, y la oferta de divisas (el precio del petróleo) ya no crece.
Tal y como pronosticamos hace unos años, era simplemente cuestión de tiempo para que la regla de oro del petropopulismo (i.e. que el petróleo subiese más que nuestra inflación) dejase de cumplirse, para que llegasen las devaluaciones, y la caída del poder de compra, no solo de los salarios, sino de los ingresos en bolívares en general.
La historia de las devaluaciones apenas comienza. Lo lamentamos, pero, lo alertamos, mucho tiempo atrás, y así ha sido.