El suspenso reina en Italia a la espera de la decisión de la Corte de Casación sobre la condena al ex primer ministro y magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi, una sentencia que podría ser pronunciada el miércoles y que puede poner fin a su carrera política.
La Suprema Corte, que inició sus labores el martes, deberá confirmar o no la condena a Berlusconi a 4 años de cárcel por fraude fiscal en la adquisición de derechos televisivos para su imperio audiovisual Mediaset y a cinco años de inhabilitación a ejercer cargos públicos.
“Berlusconi fue el creador del mecanismo para el fraude fiscal”, declaró el procurador general de la Corte de Casación, Antonio Mura, al solicitar a los cinco magistrados del máximo tribunal judicial que confirmen la condena, pero que reduzcan de cinco a tres años la inhabilitación según las normas vigentes.
Según el abogado defensor del magnate, Franco Coppi, la corte deberá pronunciar su veredicto entre el miércoles o jueves.
Los magistrados comenzaron hacia el mediodía a examinar el caso y pueden tomarse uno a dos días para confirmar o no la sentencia, que inhabilitaría al líder indiscutible de la derecha italiana y magnate de las comunicaciones, quien ha sido tres veces primer ministro.
Il Cavaliere, que no asistió a la audiencia, confesó hace dos días en una entrevista que “no logra dormir desde hace un mes” por el caso.
El Tribunal de Milán (norte) confirmó en mayo pasado la condena a cuatro años de cárcel del ex primer ministro italiano por fraude fiscal por el caso Mediaset, pero la rebajó a un año gracias a una amnistía.
Berlusconi, de 76 años, fue juzgado por aumentar artificialmente el precio de los derechos de difusión de filmes, comprados por sociedades pantalla de su propiedad y vendidos a su imperio audiovisual Mediaset, un sistema que permitía al grupo reducir los beneficios en Italia y pagar menos impuestos.
Se calcula que el fisco dejó de recibir unos 7 millones de euros.
El multimillonario político, actual senador, no será encarcelado debido a la edad pero su inhabilitación a todo cargo público puede generar una crisis política inédita.
Nadie se atreve a apostar sobre la decisión de la corte, la instancia judicial más importante del país y cuyas decisiones no pueden ser impugnadas.
“No me exiliaré como obligaron a Bettino Craxi, ni aceptaré realizar trabajos sociales como un criminal que debe ser reeducado. Tengo derecho a la detención domiciliaria, si me condenan si asumen la responsabilidad de mandarme a la cárcel”, aseguró Berlusconi en una entrevista al diario conservador Libero.
Il Cavaliere de todos modos no perderá automáticamente su curul de parlamentario, ya que ello debe ser autorizado con un voto por todo el Senado.
La posible confirmación de la condena genera mucho nerviosismo entre la clase política italiana, en un momento particular tras el pacto alcanzado en abril entre las dos mayores formaciones, el Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi y el Partido Democrático (PD, izquierda) para sacar al país de la crisis económica y social que atraviesa tras unas elecciones ajustadas, que no dieron un vencedor claro.
Según el editorialista del diario La Stampa, Marcello Sorgi, el partido de Berlusconi está destinado a “desaparecer” si su líder y fundador es condenado.
Según el diario Il Giornale, de propiedad de la familia de Berlusconi, si el exprimer ministro es condenado, cerca de 200 parlamentarios presentarán su dimisión.
Por su parte, el primer ministro Enrico Letta, dirigente del PD, la mayor fuerza del gobierno, va a encontrar serias dificultades para explicar a su electorado que gobierna con una persona condenada en forma definitiva por la justicia por fraude fiscal.
Algunos sectores del PD quieren aprovechar la ocasión para hacer caer el gobierno liderado por el moderado Letta, acusado de otorgar excesivas concesiones a la derecha y presionan para que se regrese a las urnas.
“No tengo miedo. Italia es más estable de lo que se cree. No creo que haya un terremoto”, adelantó el lunes Letta.
Berlusconi mantiene una inusual prudencia, ha evitado desacreditar a los magistrados como hace de costumbre y ha repetido en varias ocasiones que no piensa retirar el apoyo al gobierno si es condenado.
El proceso contra Berlusconi se inició hace casi siete años y fue suspendido en varias ocasiones.
Para la fiscalía, Mediaset “exageró” los costos de la compra de filmes, fijándolos en 368 millones de dólares entre 1994-1998, mientras entre 2001-2003 esa cifra descendió a 40 millones de euros.
Berlusconi en esa época era el jefe de la cadena de mando en el sector de los derechos televisivos, por lo cual la justicia lo considera responsable.
En la década de los 90, poco después de lanzarse al ruedo de la política, el magnate fue condenado varias veces en primera instancia por corrupción, falsos balances y financiación ilícita de partidos políticos. Desde entonces, gracias a un ejército de abogados, ha sido absuelto en casi todos sus juicios por los que era juzgado o los delitos cayeron en prescripción. En caso de que confirmen la sentencia sería la primera vez que Berlusconi es condenado en forma definitiva.
El pasado 24 de junio Berlusconi fue condenado en primera instancia a siete años de cárcel por el caso Ruby, por el que estaba acusado de prostitución de menor y abuso de poder, una sentencia severa, a la que tiene la posibilidad en dos ocasiones de recurrir. AFP