Retomamos el tema de las bodas veraniegas y la búsqueda del modelito perfecto. Agosto no suele ser un mes de muchas celebraciones (por eso de no partiles-fastidiarles las vacaciones a los invitados). Pero alguna siempre nos puede tocar y hay que estar preparada. Además, septiembre -mes por excelencia para celebrar bodorrios- está a la vuelta de la esquina.
Y con el termómetro por encima de los 30 grados (y en algunos lugares cerca de 40) lo mejor es optar por un vestido corto. Los trajes largos pueden resultar muy espectaculares, pero tiene muchos “peros” y uno de ellos es que dan mucho calor, sobre todo si llevan varias capas.