En lo que pudiera ser un hecho inesperado en cualquier otro país, nuevamente el poder omnímodo del Gobierno extendió sus tentáculos para intentar socavar, no solo el avance de la oposición que con derecho participa en el juego “democrático”, sino que este martes, nuevamente le dio un puntapié a nuestra tan vapuleada Carta Magna y con una mayoría simple en la Asamblea Nacional, decidió allanarle la inmunidad al parlamentario Richard Mardo.
Confieso como legislador que esto genera obvios sentimientos de estupor e indignación, pero no de sorpresa. Porque este desgobierno ya nos tiene habituados a torcer la ley para buscar favorecerse y disminuir la disidencia auténtica. El pasado martes los diputados oficialistas de la AN de nuevo fueron contra la misma Constitución y las leyes que ellos juraron defender y que además proclaman como suyas.
Sobre el tema, nuestra Constitución es muy clara. En su artículo 187 numeral 20, establece que para poder allanar la inmunidad parlamentaria a un diputado debe existir mayoría calificada, es decir, el voto de las dos terceras partes de los escaños de la AN, los cuales no poseen hoy los oficialistas.
¿Entonces, qué hacen para proceder ilegalmente y así despojar de su derecho al Diputado Mardo? Pues interpretan de manera manipulada el artículo 200 de la Carta Magna, el cual dispone que la AN tiene la potestad de quitarle la inmunidad a un parlamentario, aún cuando ellos saben bien que según el 187 ejusdem “esta separación temporal de un diputado o diputada solo podrá acordarse por el voto de las dos terceras partes de los diputados y las diputadas presentes”.
Desde Voluntad Popular, queremos expresarle a Richard Mardo, toda nuestra solidaridad y enviar un mensaje de lucha a nuestros hermanos de Primero Justicia y de todos los partidos que intentan ser avasallados por la infamia de este hegemón que se ha apropiado de los poderes y los ha administrado como si se tratase de una propiedad, violentando las leyes que tanto pretendieron defender y que resultaron un trozo de plastilina en manos de unos forajidos que han hecho del poder un instrumento para su conveniencia económica y política.
La lucha de Mardo debe ser la lucha de Todos, porque no es una violación de derechos aislada. El día de mañana puede tocarme a mi o a usted que me lee. Es un síntoma más de una enfermedad que afecta a todo ente que se atreva a pensar distinto. Sean medios de comunicación, instituciones privadas, o actores políticos como en este caso. Importante recordar que las luchas por los derechos son activas, no pasivas. Nos vemos el sábado en la calle…