Amaya Quincoces Riesco/ EFE
El profesor de regulación y gestión de internet en el “Internet Institut” de la Universidad de Oxford Viktor Mayer-Schönberger explicó en una entrevista con EFE que la combinación de datos masivos y procesado con nuevas tecnologías ayudará a que las aseguradoras no tengan que pedir reconocimientos médicos a sus clientes para conocer su estado de salud.
También podrá confirmar a un potencial comprador si un vehículo de segunda mano es de fiar a partir del color de su pintura y anticipará qué estudiantes flojean antes de un examen, según Mayer-Schönberger, considerado uno de los mayores expertos en “big data” y el estudio de las posibilidades que ofrece el procesamiento de datos masivos en internet con nuevas tecnologías.
El auge de internet y los teléfonos móviles inteligentes no sólo permiten rastrear datos inmensos y desvelar a quién se llama y a dónde se va, sino que con la tecnología se abre la puerta al desarrollo de sofisticados sistemas de predicción de mercado, que ya están ofreciendo resultados muy ajustados, frente a los obtenidos hasta ahora con tradicionales sondeos de opinión, no siempre tan acertados.
En su libro “Big Data” (de Turner) recién publicado en castellano, Mayer-Schönberger, junto con Kenneth Cukie, da detalles sobre esta revolución, que está favoreciendo el desarrollo de nuevos sistemas de predicción y que ya permiten, por ejemplo, detectar en tiempo real cómo se expande una pandemia, sólo con el acceso a comentarios en Google o Facebook de gente que desvela ciertos síntomas o adquiere determinados fármacos.
En breve incluso “estos sofisticados sistemas de predicción podrían adelantarnos si nos estamos enamorando o si lo haremos pronto”, añadió este experto, autor de más de un centenar de artículos y ocho libros, y quien además es asesor en empresas como Microsoft y instituciones como Foro Económico Mundial.
Pero en el “big data” no es todo perfecto y también existen riesgos o puntos negros, motivo por el que afirma que “me preocupa profundamente” que se termine culpando y atribuyendo responsabilidades individuales e incluso castigando a la gente a partir de juicios basados únicamente en predicciones de comportamiento, dada su rigurosa fiabilidad.
“Probablemente, ésa es la cara más oscura del big data”, dijo, y para evitarlo señala que se requieren sistemas de protección que garanticen la seguridad de las personas ante esos supuestos.
También le preocupa la seguridad personal en el caso del acceso cada vez más frecuente a datos de las personas por parte de las autoridades que ya no sólo buscan información básica sino también conocimiento de interacciones y conexiones personales.
En el libro se recuerda cómo gigantes tecnológicos tipo Google, Amazon o Facebook son algunos de los muchos ejemplos de empresas que ya almacenan datos y más datos de las personas, conscientes de su enorme potencial de negocio si se explotan en otros ámbitos.
Google procesa un volumen de datos al día que representa miles de veces la totalidad del material impreso que guarda la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, y en Facebook se suben más de diez millones de fotografías nuevas cada hora y se insertan comentarios casi 3.000 millones de veces diarias.
Con esos datos, Amazon puede recomendar el libro ideal a un cliente, Google es capaz de indicar la página web más relevante para un usuario en función del tiempo que dedica a cada una de ellas y Facebook conoce los gustos y aficiones de sus internautas. EFE