El presidente de Rusia, Vladímir Putin, llegó hoy a Roma para mostrar su apoyo a su amigo personal y ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi tras su reciente condena en firme a cuatro años de prisión por fraude fiscal, informa el diario “La Stampa” en su edición digital.
Según el rotativo, Putin ha querido estar cerca de Berlusconi y cenar hoy con él en este difícil momento para el exmandatario, quien a sus 76 años se ve con un pie fuera de la política italiana, de la que ha sido protagonista durante las dos últimas décadas.
El último encuentro entre ambos del que se tiene noticia de los muchos que se han producido, algunos en el más absoluto secreto, se remonta al pasado 14 de julio, cuando Berlusconi viajó a Rusia durante el fin de semana para una visita privada.
Putin y Berlusconi mantienen una estrecha relación de amistad desde hace años que ha llegado a preocupar a Estados Unidos, como revelaron algunos cables de la diplomacia estadounidense divulgados por el portal WikiLeaks.
El ex primer ministro italiano se encuentra este lunes en su residencia de Roma, Palacio Grazioli, ante la que ayer se dio un baño de masas en una concentración organizada en su apoyo tras la condena dictada el pasado jueves por el Tribunal Supremo, de la que cumplirá solo un año en servicios sociales o arresto domiciliario por su avanzada edad y beneficiándose de la ley de indultos de 2006.
En el Palacio Grazioli, Berlusconi reunió este lunes a la cúpula de su partido después de que sus portavoces parlamentarios acudieran al presidente de la República, Giorgio Napolitano, para plantear las condiciones que exigen en pro de la estabilidad del Gobierno de coalición, entre ellas la reforma de la justicia.
El ex primer ministro tiene pensado seguir en Roma hasta mañana, tiempo en el que prevé reunirse con los abogados que han llevado el caso Mediaset, por el que el Tribunal de Apelación de Milán debe calcular de nuevo la inhabilitación que se dictará contra él, que en primera y segunda instancia había sido de 5 años.
El caso se refiere a la compraventa de derechos de transmisión de películas estadounidenses por valor de 470 millones de euros por parte de ese grupo audiovisual de Berlusconi entre 1994 y 1999, con un supuesto aumento artificial del precio de los derechos para evadir dinero al fisco y desviarlo a cuentas en el extranjero. EFE