Nació en Pittsburgh el 6 de agosto de 1928 y 85 años después de esta fecha y de los 26 años transcurridos desde su muerte en Nueva York, Andy Warhol sigue siendo uno de los creadores más presentes en la escena artística internacional.
Las altas cifras por las que sus obras son vendidas en subasta son prueba de la popularidad y el interés por el artista que se ha ido acrecentando con el tiempo.
Durante el pasado año, y por tercer año consecutivo, las obras de Warhol arrasaron en las subastas, con unas cifras de venta que llegaron a 329 millones de dólares.
El pasado mes de mayo, un lienzo pintado con orina del artista se vendió por más de 93.000 dólares en una subasta online, en la que se ofrecían fotografías que el padre del Pop Art realizó a los famosos clientes del mítico club neoyorquino Studio 54,
Además, las exposiciones sobre diferentes aspectos de la obra de Warhol, que desempeñó un papel crucial en el nacimiento y desarrollo del arte pop del que fue su mayor exponente, se han sucedido en países de todo el mundo donde el interés por sus creaciones no ha decaído. Una de ellas ha recorrido durante este año diferentes ciudades asiáticas.
Con motivo del aniversario de su nacimiento, el Museo Andy Warhol de Pittsburgh ha lanzado un proyecto en el que se retransmite en directo, durante 24 horas al día 7 días a las semana, la tumba del artista que se encuentra en el Cementerio Católico San Juan Bautista.
A través de la página web del museo, sus seguidores pueden contemplar, gracias a una transmisión por “streaming”, la tumba a la que acuden cientos de admiradores, algunos de los cuales dejan recuerdos relacionados con elementos de la cultura pop.
En el libro “Andy Warhol ‘Giant’ size”, una biografía visual del artista publicada recientemente por Phaidon, el galerista y crítico norteamericano Dave Hickey, en la introducción del libro, define a Warhol como “un niño estadounidense duro, con una voluntad y una astucia sorprendentes para desviar todos los vientos a su favor”.
Warhol, según Hickey, “fue el más pasivo de los revolucionarios modernos. Nunca se enfrentó a nadie ni alzó la voz. Nunca desafió nada de manera directa ni criticó abiertamente el status quo. Siempre pareció hacer lo correcto en la medida de lo posible, a la vez que, sin darse cuenta, lo ponía todo patas arriba y provocaba una revolución”.
Pintor, ilustrador, cineasta, escritor, trabajador incansable, Warhol es uno de los artistas norteamericanos más conocidos a nivel mundial que continúa fascinando más allá de las fronteras del arte. Logró que los objetos cotidianos se convirtieran en obras de arte que conquistaron su lugar en los museos.
Obsesionado por las series, fue eliminando de sus trabajos los rasgos expresionistas hasta reducir su obra a una repetición de un elemento popular procedente de la cultura de masas, el mundo del consumo o los medios de comunicación.
Con un método de trabajo basado en un proceso mecánico de serigrafía con el que reproducía sus obras, los rostros de mitos contemporáneos como Marilyn Monroe, Elvis Presley, Elizabeth Taylor o Mao Tse-tung empezaron a contemplarse en todo el mundo, al igual que las latas de sopa Campbell o las botellas de Coca-Cola convertidas en obras de arte.
En 1963 fundó The Factory, un estudio de arte situado en la quinta planta del número 231 de la calle 47 Este en Midtown, Manhattan, Nueva York. El estudio funcionó entre 1963 y 1968, fecha en la que Andy trasladó The Factory a la sexta planta del número 33 de Union Square Oeste, cerca del famoso club y restaurante Max’s Kansas City.
“Todo el mundo debería tener derecho a 15 minutos de gloria”. Esta es una de las frases famosas de Warhol que se hizo realidad en este estudio en el que el artista reunió a su alrededor a una camarilla de estrellas porno, drogadictos, drag-queens, músicos y librepensadores que le ayudaron a elaborar sus cuadros, actuaron en sus películas y crearon el ambiente que convirtió a la Factory en una leyenda. EFE