Enfrentamos un régimen totalitarismo siglo XXI del cual es imprescindible salir por las vías constitucionales. Ello obliga a sacrificar intereses, algunos quizás legítimos pero otros dejan dudas. No podemos permanecer en silencio cuando percibimos el riesgo de perder una alcaldía. Ya en el Parlamento Latinoamericano perdimos un diputado por la terquedad de compatriotas con buenas credenciales.
¿Qué pretende “el cura” Calderón al lanzarse para la alcaldía de San Cristóbal? ¿Acaso no ocupó en el pasado la gobernación y esa misma alcaldía? El caso de Antonio Ecarri en Libertador es diferente, ya que es un joven que tiene deseos legítimos de hacer política y ser alcalde. En circunstancias normales apoyaría su candidatura, pero debe entender que, aunque objetó los resultados de las elecciones primarias, al final el veredicto no lo favoreció. Lo prioritario es ganar Libertador, tarea nada fácil. Si Ismael García percibe que Ecarri tiene una mayor probabilidad de ganar, lo político es que decline su candidatura. Si ese no es el caso, o si Ismael decide no declinar, es a Ecarri a quien le corresponde retirarse si quiere tener futuro político, ya que debe respetar las reglas.
También preocupa la terquedad de Uzcátegui en Baruta. Sabemos que los tribunales son apéndices del ejecutivo y que todavía pueden inhabilitarlo. Lo aconsejable es que decline y que Blyde sea reelecto. Andrés Bello está desubicado al pretender competir por la Alcaldía Mayor y Edgar Luzardo en Maracaibo. Ojalá los citados sigan el ejemplo de Ledezma quien, teniendo muchos méritos, prefirió posponer aspiraciones presidenciales para dedicarse a consolidar la unidad. Los delegados de Gente del Petróleo han sido muy tajantes al declarar que por encima de cualquier consideración están las candidaturas de la MUD.
Los candidatos rojos seleccionados a dedo como Magglio y el “Potro” Álvarez tienen méritos como peloteros y Winston Vallenilla es conocido como farandulero, pero serán rechazados por los ciudadanos por no ser luchadores sociales.
Como en botica: El “negocio” de refinación de Pdvsa tuvo una pérdida por barril procesado de 4,1 dólares en el 2011 y de 11,0 dólares en el 2012. ¿Hasta cuándo el ensañamiento en contra del inocente Simonovis? La única “majestad” del Poder Judicial es la misma que tenía Luis XIV, es decir la arbitrariedad. Nuestra solidaridad con Alfredo Coronil, acusado sin ninguna base de participar en un complot inventado por el régimen. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!