Miran con lupa los costes de la medicina privada y tienen una ceguera que les impide ver el altísimo coste de la medicina pública, sin control, mala, injusta, inequitativa y cruel. Parecen haber sido mirados por la Medusa mitológica, ¡se les convirtió el corazón y el cerebro en piedra! Calce los zapatos del canceroso, ese que abriga una esperanza de cura, el impacto del diagnóstico, la imposibilidad de tratamiento a tiempo; la medicina moderna se la ofrece; pero, un gobierno impío no será el Simón Cirineo que saldrá a ayudarle, que alivianará el peso de su cruz, ¡apenas dos equipos de radiación funcionando en un país petrolero! Un gobierno de ineptos que no sabe establecer una hoja de ruta para la prosperidad y que solo quiere imponer comunas de miserables y sometidos. Un gru-púsculo grotescamente enriquecido con ojos inyectados de sangre…
Oír el himno nacional Gloria al Bravo Pueblo, oda al respeto, ya produce una sensación de indiferente alejamiento, de hastío, un canto carente de significado, pero tiene mandatos para la opresiva realidad. “La ley respetando, la virtud y honor”; ¿dónde existe?, “La fuerza es la unión”; “Y si el despotismo levanta la voz”, ¡más estentórea, difícil! ¿Seguir el ejemplo que Caracas dio… ? Relanzar el grito de Independencia, ese al que tememos, pero ellos más…
Creciente lunar. Pedí ver la lluvia de meteoros saliendo por el horizonte en la madrugada del 13 de agosto; pedí ver las perseidas o lágrimas de San Lorenzo, las que el santo vertió en ocasión parecida a la nuestra cuando era quemado en una parrilla, diciendo con sarcasmo a sus verdugos “Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho”. Un alba triste me negó la visión del espectáculo. A muchos niños con cáncer curable, la fiesta de la vida también les será negada…