Dirigido a madres, padres, cuidadoras, guarderías maternales y todos los vinculados al cuidado del bebé..
Existen bebés que pueden marcar una diferencia peculiar en los primeros meses ante el resto de niños que presentan rasgos de autismo después de los 18 meses de edad. A continuación Algunas señales importantes a tomar en cuenta durante los primeros meses del bebé.
1. Alerta mamá ante un bebé peculiarmente pasivo, que ni se inmuta ante la sensación de hambre, mucho menos cuando su madre va a tomarlo para darle alimento, el bebé simplemente no se anticipa ante esas acciones.
2. La etapa de pasividad o placidez se combina también con una etapa de llanto sin cesar mientras están despiertos, éste llanto puede ser por cólicos muy repetitivos y otros pueden tener un llano sin motivo aparente cuya exaltación no les permite dormir o descansar en la noche.
3. Estos bebés no poseen miradas de expresión sino mantienen una mirada perdida o una extraña forma de mirar “a través”, o a un lado de las personas, incluyendo su madre dándole pecho. Las Sonrisas son Intermitentes, pero casi nunca aparecen siguiendo un modelo de imitación, es decir, el niño no sigue instrucciones de mirar en conjunto, hacer la famosa “Arepita” o aplaudir, Hacer muecas como Viejita(o) entre otros.
4. Se observan estereotipias o movimientos tales como sacudir la cabeza (como si estuviera diciendo No) y varias formas de balanceo (de lado, o lineal).
5. Ausencia de desarrollo del habla o regresiones de arrullos y balbuceos inadecuados al contexto sumando siempre la pasividad o bajo nivel de alerta.
6. Se trata de bebés que no exigen, no saben si su madre está o no está, por ello si se dejan en cuidados no hay señal de llanto por desprendimiento de la madre, ya que ni siquiera saben que los están dejando en otro lugar distinto a su hogar. Simplemente no aparece el “Miedo” ante el extraño como suele suceder en todo bebé a los 8 meses .
7. Quizá una de las alertas más comunes es la respuesta inusual ante la introducción de alimentos sólidos, llora ante la cucharilla, se niega a aceptar, no puede retener el bolo, no logra masticar o tragar alimentos de textura gruesa, como granos, carnes picadas, bolitas de masa suave y es por ello que muchos de los niños con autismo mantienen un régimen alimenticio propios de bebé durante varios años.
8. El desarrollo motor como rolar, arrastrarse, sentarse, gatear, y ponerse de pie en muy pocas ocasiones se acelera, pero lo más probable es que éstas etapas se retrasen.
9. En su primer año, el bebé puede carecer de efectividad al jugar, tomar un teléfono para jugar de manera funcional no aparece, por el contrario le dará otras funciones como martillar con él entre otras.
10. El bebé con autismo puede parecer excitado e incluso con temor por sonidos inesperados y fuertes a los que en otras ocasiones es completamente ajeno. (este comportamiento es común en las fiestas infantiles y más aún al momento de cantar cumpleaños).
Debemos mantenernos alertas ante éstos síntomas en el primer año, ya que tendremos a un niño que busca estimulación en todas las modalidades sensoriales como por ejemplo rechinar los dientes, raspar, tocar e inclusive con su cuerpo y/o rostro superficies escuchando con atención el sonido que produce y el habitual andar de puntillas, que es algo normal pero que debe ser transitorio.
Lic. Rusdeiba Agelvis
Esp. En Atención Psicoeducativa del Autismo.
Orientador de Padres y Coordinadora de Terapias del Desarrollo
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