No sé si eso proviene de la escuela de los cubanos o si más bien es una herencia de Hugo Chávez, de quien se le reconoció su enorme capacidad histriónica que le permitió convertir en verdaderas, fantasías que semanalmente eran creadas desde su maratónico programa de televisión.
Cuando Maduro se encadena durante las tardes y se refiere a los “millones y millonas” de venezolanas, generando las risas de unos, los chistes de otros y la perplejidad de la mayoría, logra su propósito. De cierta manera crea un ambiente de resignación en la gente. Algo así como una aceptación de que eso es lo que tenemos como dirigentes y eso es lo que merecemos. Ello engrana milimétricamente con el lenguaje de Carreño o las golpizas en la Asamblea Nacional. Se articula perfectamente a los jefes de la FANB cuando uniformados rinden culto al chavismo y gritan consignas políticas. Igual ocurre con las arengas maduristas sobre la corrupción o con el diputado 99 que va a ser comprado con dólares de la nación, evento expuesto como una gran ocurrencia de un gobierno sin escrúpulos.
Lejos de allí una poblada toma por asalto un montacargas que intenta colocar unas cajas de leche en polvo en los anaqueles. Sin distingo de edad, sexo, raza o condición social, entre golpes y empujones, el grupo de consumidores abandona sus carritos con el mercado para ir tras el tesoro mayor: una caja de leche en polvo.
Quizás ese pueblo reducido en sus prioridades no se ocupa de la corrupción. Tampoco se han percatado de que hace unos días “El ciudadano” y otros 8 periodistas abandonaban la última ventana televisiva que se ocupaba de los problemas del país. Pero la ausencia de muchos productos les hace ver como un problema menor tener que pagar 60% más, por el precio de los alimentos que hace seis meses.
El show vespertino de Maduro le toma la palabra a quienes piden una Constituyente. Aún no hemos logrado que se cumpla la del 99 y ahora se debate en hacer otra nueva. Para Maduro no existe la crisis hospitalaria, o que no tengamos radioterapias para atender a 13 mil pacientes con cáncer. Maduro habla del paraíso socialista mientras le entrega el país a una nueva clase propietaria. Con 25% de inflación, caída de las reservas y una deuda que llegara a $219 mm, Giordani, Merentes y Tovar celebran 41 trimestres de crecimiento.
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