El Art. 2 del Cap. I, dice: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.” Aquí cabría preguntarse, ¿dónde está el “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”, si el actual gobierno “revolucionario” ha secuestrado la independencia y el equilibrio de los Poderes públicos? ¿Por qué, las últimas acciones políticas del presidente de la República Nicolás Maduro y de Diosdado Cabello como presidente de la AN, desestiman la democracia, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político de opositores?
El Art. 3, refiere que: “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.” Entonces, ¿por qué el gobierno nacional contraría al Estado, maltrata a ciudadanos, no trabaja para evitar la escasez de artículos de primera necesidad, la inflación y el debilitamiento de la economía?
El Art. 4 plantea: “La República Bolivariana de Venezuela es un Estado Federal descentralizado en los términos consagrados en esta Constitución”. Pero, el gobierno “revolucionario” incumple contra este mandato y centraliza contra los derechos de las 25 Entidades Federales. El Artículo 5, dicta que: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público.”, Entonces, ¿por qué la soberanía es sólo para las cúpulas rojas? Y éstas, ¿por qué atacan a la voluntad popular de opositores y segrega a sus parlamentarios? En conclusión, la “revolución” viola la Carta Magna y se opone a los fines del Estado.
Víctor Vielma Molina/Educador/vielmamvielmam@gmail.com