Cinco militares murieron el viernes en una región montañosa del centro de Colombia en un ataque con minas explosivas que el Ejército atribuyó a la guerrilla de las FARC, en medio recrudecimiento del conflicto armado pese a la negociación de paz que mantiene el grupo rebelde con el Gobierno en Cuba.
Pese al diálogo entre el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el que se busca poner fin a un conflicto interno de casi medio siglo que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados, los ataques de los rebeldes y los bombardeos de los militares continúan.
El asalto de los rebeldes se registró en zona rural del municipio de Rioblanco, en el departamento del Tolima, una zona en la que la guerrilla aún tiene una fuerte presencia, durante un desplazamiento de una unidad militar.
“Un pelotón del batallón de combate número 28 fue objeto de un ataque indiscriminado con minas de destrucción de alto poder que no permitieron la reacción y defensa de los uniformados”, dijo un comunicado del Ejército.
El fin de semana, 14 militares perdieron la vida en otro ataque con explosivos y ráfagas de armas de fuego de largo alcance en el departamento de Arauca, una próspera zona ganadera y petrolera del noreste del país, limítrofe con Venezuela.
El diálogo de paz, el primero en más de una década, se realiza en medio de la confrontación por la negativa del Gobierno de firmar un cese bilateral del fuego, como lo propuso la guerrilla, con el argumento de que las FARC podrían aprovechar la situación para dilatar el proceso y sacar ventaja militar.
Las FARC, que de acuerdo con el Gobierno cuentan con menos de 8.000 combatientes en la actualidad, desde los 17.000 que tuvieron en la década de 1990, son consideradas como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
El grupo rebelde, acusado de obtener millonarios ingresos del narcotráfico aunque sus líderes lo niegan, aún mantiene la capacidad de realizar ataques de gran impacto contra las Fuerzas Armadas y la infraestructura económica del país, pese a que ha sido diezmado por más de una década de ofensiva militar en la que han muerto varios de sus líderes. Reuters