Negociadores del Gobierno de Colombia y líderes de los campesinos reiniciaron el sábado una compleja negociación con la que buscan poner fin a una protesta de 13 días durante la que se han registrado violentos disturbios y que se convirtió en uno de los mayores desafíos del presidente Juan Manuel Santos.
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Los cultivadores protestan por el elevado costo de los fertilizantes, el bajo precio que reciben por sus cosechas, el contrabando de alimentos y la creciente competencia de los productos importados al amparo de tratados de libre comercio.
“Seguimos en el diálogo con el Gobierno, pero la protesta continúa”, dijo César Pachón, dirigente de los manifestantes que el viernes dieron la orden de levantar los bloqueos de las carreteras y permitir el libre tránsito de vehículos.
Las negociaciones se reanudaron en la ciudad de Tunja, capital del departamento de Boyacá, en el centro de Colombia, una importante despensa agrícola y ganadera del país de 47 millones de habitantes, aunque el Gobierno propuso llevar el diálogo a la capital del país.
“Ya hicimos una solicitud que es integrar una gran mesa nacional en Bogotá para solucionar de una manera integral y no con pañitos de agua tibia la problemática, no sólo de los campesinos de clima frío, sino de todos los campesinos de Colombia”, dijo Aurelio Iragorri, secretario general de la Presidencia, a Caracol Radio, tras reunirse con los campesinos.
El diálogo se restableció con la mediación de la Iglesia Católica un día después de que Santos ordenó a los ministros que lo representaban en la mesa de negociación levantarse tras los violentos disturbios que se registraron el jueves en Bogotá y en otras ciudades, que dejaron cinco muertos, decenas de heridos y millonarias pérdidas económicas.
El mandatario ordenó militarizar la capital colombiana de ocho millones de habitantes para evitar nuevos saqueos a comercios y actos de vandalismo, mientras que su ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, acusó a la guerrilla de las FARC de haber infiltrado la protesta para generar caos con violencia.
Pachón afirmó que aunque se han logrado acuerdos parciales con el Gobierno, el tema más complejo es el relacionado con los tratados de libre comercio, que los agricultores consideran como una de las principales causas de la crisis del sector.
El país sudamericano exportador de petróleo, carbón, ferroníquel, café y banano firmó y puso en vigencia en los últimos años acuerdos comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea.
Aunque los negociadores representan a productores de papa, leche, cebolla y frutas de los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Nariño, campesinos de otras regiones dedicados a la siembra de otros productos dijeron no estar representados en la mesa de diálogo, lo que podría extender la protesta en caso de un eventual acuerdo en Tunja.
El bloqueo de carreteras interdepartamentales durante las protestas campesinas, que comenzaron hace casi dos semanas y en medio de la que han sido incendiados vehículos, provocó escasez y alzas en los precios de los alimentos en Bogotá y otras ciudades.
Los actos de violencia durante la movilización campesina aumentaron la presión sobre Santos, un político de centroderecha de 62 años, que en los próximos tres meses debe decidir si buscará la reelección en el 2014.
Los desórdenes y la protesta de los campesinos también se producen en momentos en que el mandatario busca acelerar negociaciones de paz con la guerrilla izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba, para poner fin a casi medio siglo de violencia que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
(Reporte de Luis Jaime Acosta y Nelson Bocanegra. Editado por Patricio Abusleme)