Todo gimnasio y todo club deportivo tienen sus protocolos. Todo grupo social tiene sus normas de etiqueta. Todo ser humano debe ser respetuoso con el otro. Pero muchas veces olvidamos todo esto. Por eso enumeramos los 10 mandamientos que debes seguir en el gimnasio.
Recuerda que tus modales siempre dirán más cosas sobre ti que tus músculos.
Primer mandamiento: No usarás el celular
Que tus horas de entrenamiento sirvan como una limpieza digital. Así que nada de llamadas ni mensajes de Whatsapp ni ningún ruido molesto que perturbe la concentración de otras personas.
En caso de que utilices aplicaciones para hacer ejercicio, entonces bájales el volumen el mínimo y sé lo más discreto posible.
Segundo mandamiento: No serás baboso con las mujeres
La mayoría de las mujeres van al gimnasio a seguir su rutina de ejercicio, no a buscar a su próximo pretendiente. Si la molestas mientras realiza un set de sentadillas, te aseguramos que lo último que conseguirás es su teléfono.
Controla tus impulsos. Y en caso de que sientas que no puedes dejar la posibilidad de hablarle a una mujer que te robe el aliento, sigue muy cuidadosamente estas normas.
Tercer mandamiento: No practicarás ni permitirás el Gym Bully
Puedes tener el mejor cuerpo de todo el gimnasio, ser el más experimentado y sentir que la mayoría de las máquinas te proponen retos físicos sumamente sencillos. Pero en algún momento fuiste un novato, y cuando un idiota te veía con mirada de burla o condescendencia, seguro no te lo tomabas muy bien. No repitas ese patrón. Respeta a los demás, no hay excepción.
Cuarto mandamiento: Recogerás siempre tus discos de la barra
No todas las personas levantan el mismo peso que tú. Por eso, es un acto desconsiderado dejar dos discos de 20 kg en la barra de press, por ejemplo, pues dificultará el inicio del ejercicio al siguiente que la utilice. No seas perezoso: al terminar con un aparato, déjalo como estaba, sin peso.
Quinto mandamiento: Limpiarás el sudor de tu equipo
Aplica la misma norma de respeto y de mantener las máquinas en el mismo estado en que las conseguiste. Nadie quiere sentarse sobre el sudor de otra persona, no hay que pensar eso dos veces.
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