Mailín Machado se cansó de esperar un autobús para llegar a su casa en el extremo este de Caracas. El apagón que afectó este martes a Venezuela colapsó el sistema de transporte. “Ya he caminado una hora”, dice jadeando, mientras se sienta en una banca.
“Lo que queda es irse a pie (caminando)” varios kilómetros hasta su barrio en Palo Verde, dice en un suspiro en una acera de Chacao (este), al mirar el congestionamiento de personas que chocan al caminar.
El apagón que afectó a Caracas y otros 13 de los 24 estados se registró hacia las 12H30 locales (17H00GMT) debido, según las autoridades, a la caída de dos importantes líneas de transmisión eléctrica, que dejó fuera de servicio las plantas de generación que surten al centro occidente del país.
Con la falla eléctrica muchas oficinas enviaron a sus empleados a casa y buena parte de los locales comerciales bajaron sus puertas de hierro y colocaron el letrero que otras veces han usado: “Cerrado por apagón”.
El corte de energía afectó los estados Lara, Zulia, Táchira, Mérida, Falcón, Portuguesa, Cojedes, Yaracuy, Carabobo, Aragua, Trujillo, Guárico, Miranda y parte de Caracas -con más de 5 millones de habitantes-, según el viceministro de Desarrollo Eléctrico y director de la Corporación Eléctrica venezolana (Corpoelec), Franco Silva.
Mailín, como miles de personas, salieron a las calles de la capital y otras ciudades intentando llegar a sus casas, muchos a pie, debido a que los servicios de transporte masivo terrestre y subterráneo se detuvieron.
En el Metro de Caracas, por ejemplo, seis trenes quedaron atrapados en los túneles tras la falla eléctrica.
En medio del colapso en Caracas, el presidente venezolano Nicolás Maduro responsabilizó, a través de su cuenta de Twitter, a “la extrema derecha” de lo que llamó un “plan de golpe eléctrico contra el país”.
Para Mailín no importa “de quién es la culpa”. En su mente solo está “¿cómo voy a llegar a mi casa?”
Súbete a mi moto
“¡Moto, moto, moto! ¿Alguien quiere moto, mototaxi, moto?”, grita un mototaxista al bordear las aceras llenas de gente. Nadie lo detiene y él sigue su camino, en busca de mejores oportunidades.
“¡Qué va!”, dice Lorena Martínez, una transeúnte que no tuvo éxito en abordar un autobús. “¡Prefiero esperar mi chance en alguna camioneta! Aquí hay que hacer maromas para llegar a la casa”, agrega. “Es que las motos esas te quieren sacar un ojo de la cara con los precios”, se queja.
Según cuenta, los taxis y mototaxis “se están aprovechando de la situación”. Hasta su casa, en Petare, una barriada popular al este de Caracas, un “carro libre” (taxi) podría cobrarle unos 300 bolívares (48 dólares al cambio oficial de 6,3 bolívares) y una moto, podría pedirle hasta 250 bolívares (unos 40 dólares).
Joan Fornerino, mototaxista de la línea Chacao Express, explica que han aumentado sus precios “aprovechando la situación, porque con las vacaciones escolares la cosa ha estado floja”.
Normalmente, un traslado hasta Petare, donde vive Lorena, cuesta 70 bolívares (11 dólares), dice Fornerino. Después del apagón, están pidiendo a sus clientes unos 120 bolívares (19 dólares).
A la estudiante universitaria Wendy Sarmiento, de 29 años, sentada junto a Lorena, no le importa el precio. Ha esperado una hora por una camioneta con la cual llegar a su casa, en Petare, y no aguanta más.
“Yo sí me voy en mi moto. Las camionetas están imposibles. ¡Suerte!”, dijo la joven, se puso su casco y se marchó.
Al caer la noche, se restableció el servicio en el Metro en algunas estaciones y las calles comenzaban a descongestionarse.
AFP