Maduro, siempre previsivo, se adelanta a los acontecimientos y le anuncia al país que ojo pelao, pronto entraremos en una etapa muy crítica que él llama colapso económico, supuestamente generado por la oposición venezolana, una cosa que los atrasados castrocomunistas llaman la extrema derecha y, finalmente, el infaltable imperio. Esa es la tesis de los hermanitos Castro, los ancianos criminales del Caribe, para taparear el desastre que ellos mismos han provocado en Venezuela por intermedio de sus títeres y mandaderos.
Decía Maduro en su muy aburrida cadena que ya tienen identificados a los periódicos que están trabajando en el golpe, a los empresarios, a los agentes internacionales. Es decir, ya Maduro, siempre previsivo, tiene todo listo para parar el golpe económico de la derecha fascista. Mientras tanto no hay ni papel toalet en esta republiqueta que van dejando los Castro. ¿Con que cuenta Maduro para iniciar el contraataque contra golpe económico? Nada más que con la derecha colombiana. Los empresarios colombianos, los productores del campo colombianos, los industriales colombianos y el gobierno colombiano. El mismo Maduro, siempre previsivo, anunció que están comprando más de 600 millones de dólares en alimentos e insumos a Colombia para asegurar la independencia alimentaria del país. Así mismo. Y asegurar la estabilidad y soberanía. ¡Una locura todo esto!
La izquierda, parásita y embrutecida, con esa raíz cubana que la lleva directo a la quiebra y a la ruina, ni siquiera puede cohesionar un discurso engañoso a estas alturas. Todo está descubierto y clarísimo para la mayoría de los venezolanos, quienes vienen aprendiendo poco a poco, aunque les cueste salir del chinchorro a trabajar y a sudarse la comida. Y eso es justamente lo que aprovechan los Castro. Te doy el rancho, el chinchorro y la bequita y votas por mí. Así te tengo por siglos, indio flojo. Y tranquilo, Maduro, siempre previsivo, ya compró por 600 millones de dólares a la derecha colombiana, los hermanos colombianos, la comida para la izquierda vaga y mantenida que no siembra ni construye ni trabaja, si acaso va a marchas y a los discursos aburridos y bañados en aguardiente de sus piratas jefes.
Pero Maduro, siempre previsivo, heredó también la fórmula del fracaso de su jefe, el comandante muerto, aunque después acuse a la derecha amarilla. Es fácil causar el colapso agrícola, en este caso. ¿Cómo lo hicieron? Nombran a un ministro comunista que apoye las políticas confiscatorias del amo máximo. Le ordenas a los tribunales, legislativo, judicial y a los militares que no se metan y que más bien protejan a los invasores. Permites que la guerrilla secuestre, mate y le saque plata y ganado a los productores. Persigues a los inversionistas extranjeros. Confiscan las empresas que sirven de apoyo a los agricultores y ganaderos, como Agroisleña y la quiebras rápidamente. Los ahorcas con controles de precio y nada de divisas. Y quien más quiebre empresas o fincas será el próximo ministro. Nombren a un tipo que se monte en caballo y amenace con pistolas a los campesinos y hacendados. Esa táctica no falla. Y lo mismo de siempre. Hablar, hablar, hablar y afirmar que todo está perfecto y ofreciendo, mientras tienen que importar hasta las caraotas del pabellón y recurrir a la derecha colombiana que se forra en billetes para dar de comer un par de meses a este desfile de farsantes.
Chávez vive. Claro que sí. Miren el desastre que dejó.
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Publicado originalmente en el diario El Universal (Caracas)