Uno de los responsables del proyecto, Sergio Girotto, informó de que todo está funcionando perfectamente y que ya se ha superado una de las fases “más inciertas” que era el momento en el que el casco se desencallaría.
“Las primeras dos horas eran las más inciertas porque no se sabía con precisión cuánto el barco estaba encallado”, explicó Girotto, quien confirmó que el gigantesco barco apoya una parte aún en la roca y otra en una de las plataformas que se han construido.
Es la primera vez que la ingeniería se enfrenta a un reto de estas magnitudes debido al gran peso del crucero y su posición.
El llamado “parbuckling”, el término técnico con el que se conoce la operación con la que se procederá a la rotación de 65 grados para que el barco vuelva a estar en posición vertical, comenzó a las 9.00 hora italiana (7.00 GMT) y durará cerca 12 horas.
Esta primera fase prevé que una especie de gatos tensen por una parte los cables de acero unidos a la parte superior de los cajones y de las plataformas instalados, mientras que otros cables, conectados a las 13 torretas construidas a estribor, se utilizarán para dar al barco el equilibrio.
Tras cinco horas de trabajo, según explicó Girotto, con una fuerza de tracción de 6.000 toneladas, el barco fue enderezado de cerca 2 grados, pero poco a poco la operación ganará rapidez.
Cuando el crucero se encuentre ya en posición vertical se pasará a la fase siguiente con la instalación de 15 nuevos flotadores-estabilizadores, iguales a los ya instalados en la parte izquierda del casco y que gracias a un sistema neumático, que vaciara el agua de forma gradual de su interior, dará el empuje suficiente para reflotar el barco.
La expectación por la operación ha convocado a más de 500 periodistas procedentes de todo el mundo, para seguir en directo como la mole de 44.600 toneladas de peso, 290 metros de longitud y cerca 70 metros de altura volverá a ser reflotada.
La operación será realizará por la sociedad estadounidense Titan Salvage y la italiana Micoperi, ha costado 600 millones de euros a la naviera Costa Cruceros y cerca 500 personas trabajarán para devolver al barco a la posición vertical.
La presidente del Observatorio Medioambiental, Maria Sargentini, también comunicó que no se han apreciado elementos preocupantes durante esta primera fase.
Antes de comenzar el refloté había habido algunas dudas sobre el posible impacto medioambiental que tendría esta operación debido a todos los residuos y líquidos que se acumulan aún en su interior y que se verterían al mar. EFE