“Pero en la medida que pasan los días, el número de caracoles se incrementa, de allí nuestra preocupación. A la sede del Ceis “Playa Blanca”, acudieron representantes del Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral, quienes se reunieron con todo el personal del plantel que cuenta con una matrícula de 295 niños, para dar las orientaciones pertinentes.
Para la erradicación se deben tomar los caracoles manualmente, colocándose guantes, sin hacer contacto con los animales. Luego se sumergen en un recipiente con agua y cloro, por un lapso de una o dos horas, una vez muertos, se cava un hoyo para después enterrarlos. Los técnicos del Insai explicaron que el caracol africano tiene una concha cónica y puntiaguda; con bandas o estrías longitudinales, irregulares y alternas entre marrón-oscuro y beige. El cuerpo es de color marrón-grisáceo, de aspecto húmedo y textura gomosa. Cuando el animal está fuera de la concha, se puede observar una banda longitudinal más clara en el lomo.
El caracol gigante puede ser vector Mecánico de algunos organismos patógenos (parásitos, virus, bacterias entre otros) pudiendo ser un importante dispersor de enfermedades de manera similar a las ratas, moscas y cucarachas. Los especialistas del Insai destacaron, que de acuerdo a la población de caracoles presentes, no ameritaba la suspensión de clases, a menos que la proliferación sea exagerada. En todo caso, sugirieron a todo el personal, participar en la erradicación de la especie.
Francys Millán/CNP 16.375