“Cárcel o infierno” en Venezuela

“Cárcel o infierno” en Venezuela

Luidig Ochoa es un ex recluso que vivió seis años de su vida dentro de una prisión en Venezuela. Actualmente tiene 33 años y es productor desde hace varios meses de una serie de comics que son ofrecidos a través de la plataforma YouTube.
Bajo el nombre “Cárcel o infierno”, Ochoa ha compuesto 18 capítulos de una historia “ajustada a la dura realidad” de los penales venezolanos. “De niño siempre tuve vocación por las artes gráficas, específicamente por el dibujo”, explica.

Pablo Hernández, RNW.





Su mayor talento lo descubrió poco después de salir de prisión. Viendo tutoriales en distintas páginas web aprendió lo básico de la animación. “Cárcel o infierno” lo conforman Ochoa, un orientador, un realizador de voces y “Pirulo”, a cargo de la música y relaciones públicas.

El proyecto ha recibido apoyo dentro y fuera de las prisiones. Su principal objetivo es ofrecer información a “los menores”, es decir, a jóvenes “potenciales delincuentes”, creando una duda en sus posibles acciones criminales.

Violencia animada, realidad estrellada
Los dibujos animados se contextualizan en la cárcel de Tocorón, estado Aragua, arropando una serie de temáticas poco conocidas e ilustrando la vida dentro de una cárcel venezolana.

Cada capítulo es una historia más de las que solo allí pueden ocurrir. “Cárcel o Infierno” convierte en realidad hecha ficción una de las deudas sociales históricas del país petrolero: El sistema penitenciario.

De cómics a carne y hueso
Ochoa y su equipo trabajan en la producción de “Cárcel o Infierno real”, una serie que retratará los mismos hechos de los dibujos animados, pero esta vez con “personas reales”.

El equipo ha lanzado recientemente el primer capítulo de lo que esperan termine en al menos una veintena: “Es mucho más duro ver las personas de verdad, que ver la comiquitas”, explica Luidig Ochoa.

“Cárcel o Infierno” puede entenderse como un esfuerzo “en la creación de la consciencia que muchos venezolanos hemos perdido, el entender que ellos, los privados de libertad, también son seres humanos”, agrega Ochoa.

De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Prisiones, en el sistema carcelario de Venezuela existe un hacinamiento del 220 por ciento.

Días atrás, la ministra para asuntos penitenciarios, Iris Varela, anunciaba el cierre de la Cárcel Nacional de Maracaibo, considerada la más violenta del país.

Ubicada en el occidente del país, la Cárcel Nacional de Maracaibo albergaba a no menos de 3.400 presos que convivían en una edificación planificada para unos 700 internos.

En menos de un mes se registraron diferentes hechos violentos por el control del penal. En el último de ellos fallecieron 16 personas según cifras oficiales, o alrededor de unas 40 según informaciones extraoficiales.