Ese cliché de algunos integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de que son “socialistas, chavistas y antiimperialistas” no es sino la demostración de la más abyecta sumisión y humillación de quienes por mandato constitucional tienen el deber de comportarse como una institución profesional y sin militancia política. En el fondo, en puridad, muchos no son ni socialistas, ni chavistas, ni antiimperialistas.
Son “bolivaristas” o, mejor, “dolaristas”, empañados en su reputación por los escandalosos comentarios que sobre los carteles de la droga se diseminan en todas partes y que a todas luces cuentan con el respaldo militar a los más altos niveles. Amén de otros muchos negocios como la comida y las importaciones bélicas. Se sabe de la distribución de la leche, la harina, pasando por la cabilla y el cemento, la asignación de carros chinos, las divisas y los certificados o permisos de importación.
En todos esos trámites está la mano militar extendida. Nada de lo que ocurre en Venezuela pasa a espaldas de ellos. Ya sabemos que son los activos y en puestos de comando, porque los retirados y sin cargo, si no amasaron fortunas en dólares o en euros, ahorita deben estar rastrillando las consabidas pantuflas. Eladio Aponte Aponte, flamante ex presidente de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia y chef de los grandes guisos que se cocinaban desde el máximo Tribunal venezolano, provenía del mundo militar, y cuando se vio descubierto se fue al norte a cantar.
Isea, más recientemente, ha hecho lo mismo. Así harán todos los que crean que pueden salvarse, porque aunque les duela reconocerlo, EEUU es el país de las oportunidades. En lo particular lamento que esos bandidos confesos también tengan oportunidades allá.
¿Socialismo o militarismo?
Este gobierno en nada se parece a lo que es el socialismo. Entiéndase bien, son una pandilla cuartelaría que asaltó el poder con las armas de la república. Por eso todo lo resuelve la mano militar. De hecho son los militares empleando la intimidación quienes mantienen esta mentira revolucionaria.
Un gobierno socialista de verdad le daría fuerza a los sindicatos, discutiría convenciones colectivas, evitaría la muerte de los dirigentes sindicales, velaría por su estabilidad laboral, por la productividad y por los beneficios socioeconómicos de la clase obrera. Pero no es así. Aquí el obrero o dirigente sindical que alce la voz contra una política estatal, lo silencian, lo encarcelan o lo desaparecen. Los militares, perdón, los milicianos están desplazando a los obreros o empleados en los trabajos de las empresas del Estado.
Ya han amenazado a los trabajadores de CVG Ferrominera del Orinoco y de SIDOR con militarizarla si no retornan con normalidad a sus actividades laborales. Entre los reclamos que hacen los trabajadores están: el pago del restante del bono compensatorio por el retraso en la discusión del contrato colectivo, los pagos de la caja de ahorro y las prestaciones sociales, la dotación de las farmacias y clínicas, el comisariato y el ingreso de transportistas y cooperativistas. Seguramente intentarán militarizar la empresa para acallar las voces sindicales. Pero no les auguro éxito en el intento. Los trabajadores del estado Bolívar están resteados para lo que sea.
Modelo chino
Quieren copiarse de los chinos en el trato con sus trabajadores, pero con una gran diferencia: que los chinos producen y aquí no. En efecto, no hay gobierno más déspota e inhumano con el sector laboral que el chino. Los nuevos y mejores socios de Venezuela; quise decir, a los que Maduro les ha empeñado el país. Allá, en China, no hay discusiones de convenciones colectivas de trabajo, les pagan una miseria a sus trabajadores y al que no le guste que no se lo coma. En eso Maduro quiere ser igual a ellos, cuestión que por ahora lo ha logrado, pero no creo que por mucho tiempo, pues sus mismos colaboradores le están llenando los pasillos de conchas de cambur. Se ha resbalado varias veces, y en cualquier momento cae.
Aumento de sueldo a militares
El aumento del sueldo a los militares no es casual. Quiere tenerlos calladitos, cosa que tampoco podrá. El latrocinio bajo el amparo militar es de tal tamaño que los hombres y mujeres que tienen honor y coraje, aunque por los momentos no se les divise, saben que el asunto no es de sueldos y salarios sino de principios y valores. Ellos entienden y perciben lo que muchos comentamos en panaderías, barberías, universidad, supermercados: ¡que Nicolás y su gente están saqueando a Venezuela y hay que ponerle un freno a esto!
No crea Maduro que aumentándole a los militares solucionará el asunto de su estabilidad en el gobierno. Este gobierno se tambalea. Maduro cree que acomodar a los militares le sale más barato. Por ejemplo, en su absurdo entendimiento reemplaza a trabajadores civiles por milicianos; dense una vueltica por el supermercado Bicentenario (antes Éxito) y verán en las cajas y atendiendo clientes a uniformados de la llamada reserva o milicianos, que para los efectos es lo mismo.
La talanquera del 99
En realidad el título de este artículo tuvo su inspiración en la denominada “Ley anti talanqueras”, o ley de reforma parcial a la “Ley de partidos políticos, reuniones públicas y manifestaciones”. Se acuerdan de esa ley inconstitucionalmente aprobada por los diputados de la bancada oficialista con el fin de sancionar a los diputados que en las deliberaciones parlamentarias se apartaran y votaran en contra de la línea del partido en el cual fueron electos, lo que a todas luces contraría el artículo 201 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que establece: “Los diputados o diputadas son representantes del pueblo y de los Estados en su conjunto, no sujetos o sujetas a mandatos ni instrucciones, sino sólo a su conciencia. Su voto en la Asamblea Nacional es personal”
En la referida reforma se añadió considerar como fraude “Separarse del Grupo Parlamentario de Opinión perteneciente a la organización política o social que lo postuló, para integrar o formar otro Grupo Parlamentario de Opinión contrario al programa de gestión consignado ante el Consejo Nacional Electoral. De la misma manera se agregó en la reforma: Todo fraude a los electores y electoras con base a lo señalado en los artículos precedentes, podrá conllevar a la suspensión o inhabilitación parcial o total del diputado o diputada, previa solicitud de los ciudadanos y ciudadanas en un número no menor del cero coma uno por ciento (0,1%) del total de inscritos en el registro electoral correspondiente a la entidad federal, o de la circunscripción electoral donde haya sido electo el diputado o electa la diputada…”
Esa reforma fue urdida con la saña propia de esta gente, para castigar a los diputados chavistas que se separasen de sus filas, entre ellos a los que formaron el partido Podemos. En ese entonces, la hoy proclamada primera dama era la presidenta de la Asamblea Nacional. Obviamente tienen una doble moral, pues, están a la caza del diputado 99 para poder tener los votos suficientes y aprobar una Ley habilitante.
Las leyes habilitantes deben ser aprobadas por las 3/5 partes de los integrantes de la Asamblea Nacional. Para que lo entienda el lector: la AN está compuesta por 165 diputados siendo una quinta parte 33 y al multiplicarla por 3 suman 99. Los rojos tienen 98, es decir, les falta uno.
Si ciertamente esa ley anti saltos de talanquera tuviera un origen decente y constitucional, y prescribiera conductas delictivas, a Maduro y a quienes pretenden comprar diputados extorsionándolos, deberían condenarlos por lo que se denomina instigación a delinquir. Bueno, pienso que esta gente aunque no instiguen el delito ya cometen flagrantes hechos de corrupción, comenzando por la fiscal general de la república, que ha solicitado antejuicio de méritos a una diputada para obtener el voto 99.
@pabloaure