Como la miss de la cuña de Open English, el Iluminado de Cúcuta demostró que sabía leer “pero muy despacito, ji ji ji”.
No era fácil entrarle a aquel farragoso y extenso texto plagado de citas de autores desconocidos la mayoría por el lector del mismo. Un tal Al Capone parece haberle resultado el más familiar de todos, tal vez porque lo tenía justamente detrás.
Las referencias a la corrupción fueron la nuez de su jerigonza. En especial las menciones directas a Diosdado, perdón a CADIVI, institución a la que calificó de “cáncer”, de “podredumbre” y de haber generado un cierto fenómeno llamado “Cadivismo” que consistía en la “podredumbre” moral que había asaltado los dineros de la nación comprando dólares “a bajo precio” para luego especular con ellos en el mercado de capitales. El Iluminado de Cúcuta parece que acababa de llegar al gobierno.
Desde la propia creación de CADIVI se hicieron públicas las advertencias de los riesgos para la sanidad de la administración oficial que implicaba volver a instaurar un régimen de control de cambios en el país. Sin embargo, el líder interplanetario de entonces hizo oídos sordos. Lo importante era establecer un mecanismo que le permitiera un mayor control sobre la economía y la sociedad a costa de lo que fuera. La discrecionalidad en la asignación de las divisas no se hizo esperar y con ella el cobro de comisiones por las mismas. Al poco tiempo de iniciar actividades, en 2005, Adina Bastidas, quien había sido vice-presidente de la república, y era una de las autoridades de CADIVI, denunció públicamente al capitán Hernández Berenhs, presidente del organismo, señalándolo de estar incurso en corrupción, mientras el Fiscal Isaías Rodríguez volteaba para otro lado.
En septiembre, octubre y diciembre de 2007 y marzo y diciembre de 2008 fueron publicadas en la prensa nacional las famosas “listas Cadivi” señalando a miles de personas como incursas en delitos cambiarios. Mientras el CICPC solo “conoció” de 2 casos de “ilícitos cambiarios” en 2007, 25 en 2008, 32 en 2009 y 39 en 2010.
En enero de 2012, Manuel Barroso, a la fecha presidente de CADIVI, denunció que más de 15 mil personas en 2011 estaban incursas en ilícitos cambiarios y en noviembre del mismo año habló de que este número había ascendido a 90 mil personas. En marzo de 2013, el ministro Giordani habló de que en 2012 se habían robado más de 25 mil millones de dólares asignados por CADIVI con empresas de maletín. Durante todos esos años ¿qué hizo el Difunto para frenar esa corrupción? ¿dónde estaba el Cucuteño?