A lo largo de mi escueta vida amorosa, nunca me he visto en la necesidad de formar parte de una relación a larga distancia, pues a pesar de que he tenido que separarme de mi media naranja en turno por unos cuantos días (incluso semanas), siempre he tenido la fortuna de salir con personas que comparten mi mismo Jefe delegacional o Presidente municipal.
Lamentablemente, varios de mis amigos (casi todos) se han visto en la penosa necesidad de abandonar al objeto de su afecto para vivir en otra ciudad, ya sea por el trabajo, la escuela o hasta para conseguir un mejor futuro (en el cual aparentemente no figura su pareja).
Al ser un outsider en este tipo de relaciones, considero que mi punto de vista de la situación es mucho más objetivo que el de aquellos que se encuentran derrochando miel a través de su celular y alcanzando orgasmos vía Skype para mantener viva su relación, por lo que he decidido hacer un listado de 10 razones por las cuales YO considero que una relación a larga distancia no funciona:
Los problemas comunes de pareja pasan a un segundo plano, y la mayoría de las peleas son consecuencia de la distancia
Olvídate de pelear porque dejo la ropa tirada en el baño, o porque se le olvidó bajar el asiento del escusado. Tus nuevos problemas serán sobre horarios, fechas y el hecho de que no se puedan ver en los próximos 2 meses.
La distancia no hace que te enamores más, ¡hace que lo olvides!
Es cierto que después de uno o dos meses separados te sentirás mucho más cercana a tu pareja cuando por fin la vuelvas a ver, incluso la nostalgia que sentías esa noche lluviosa se convertirá en emoción y deseo cuando por fin lo tengas frente a ti. Pero, ¿qué pasa cuando esos 2 meses de separación se vuelven mucho más frecuentes?
Puedes encontrar a alguien igual de bueno (o mejor) a unos cuantos metros de distancia
Quizás esto se oiga un poco muy superficial de mi parte, pero cuando pasen más y más tiempo sin verse, te darás cuenta que hay chicos igual de buenos que tu high school sweetheart a la vuelta de tu casa.
No pueden acurrucarse
No hay nada como llegar a casa después de un mal día y sentir el calor y comprensión de esa persona que te entiende a la perfección. Y seamos honestos una llamada ya sea por celular o por Skype no tiene el mismo efecto que un abrazo.
Cuando por fin se ven, sólo es por tiempo limitado
Por fin lograron sincronizar sus horarios laborales y eventos familiares para pasar un fin de semana sólo para ustedes, pero no deja de ser eso: UN FIN DE SEMANA. El domingo en la noche uno de ustedes tendrá que partir para despertar el lunes con una sonrisa que se desvanecerá el miércoles cuando no tenga tiempo de contestar tu insinuante WhatsApp.
El cybersexo no es suficiente
¿Necesito decir más?
La tentación te inunda constantemente
Por una extraña razón el estudiante universitario que sirve tu café cada mañana se vuelve mucho más atractivo cada vez que te sonríe; los chistes molestos y subidos de tono de tu compañero de oficina que pasa horas en el gimnasio te comienzan a parecer divertidos; incluso organizas una reunión de emergencia con tus amigas para que te ayuden a decidir si debes o no salir con el chico que conociste la semana pasada en un bar, y que vive a 5 cuadras de tu casa.
Los problemas de comunicación aumentan
Seamos honestos, en ocasiones nos cuesta entendernos con alguien que tenemos enfrente, ahora imagínate cómo sería una conversación con alguien que está a kilómetros de distancia. Sí, tenemos muchos aparatos tecnológicos que nos ayudan a estar siempre en contacto, pero nunca falta el emoticon malinterpretado o el post de Facebook que nos lleva al borde de la locura.
¡Paranoia!
He de confesar que soy un celoso de clóset, y cuando me enamoro no dejo de pensar en qué estará haciendo mi crush, (lo sé, un poco psycho). Entonces, para mí sería un verdadero suplicio no recibir respuesta a mis mensajes de texto, llamadas, DMs, inboxes, y demás herramientas electrónicas que me ayudarán a aumentar mi paranoia y a “asegurarme” que me están poniendo el cuerno.