Un paleontólogo estadounidense ha encontrado un mosquito fosilizado en cuyo estómago aún quedaban restos de sangre de su última víctima. La sangre podría tener en torno 46 millones de años de antigüedad y, según los expertos, pertenecería a un ave. El hallazgo es una de las pocas pruebas primitvas que existen de la hematofagia, un comportamiento que, pese a ser compartido por 14.000 especies de insectos existentes en la actualidad y parece haber evolucionado independientemente en diversos organismos, apenas ha dejado registro fósil.
Dale Greenwalt buscaba insectos en la montaña cuando realizó este descubrimiento, que ha sido publicado en la revista PNAS, y a continuación se procederá a estudiar su ADN. Según las características que presenta, los investigadores han apuntado que se trata de una especie que voló mucho tiempo después de que los dinosaurios se extinguieran. Sin embargo, el pájaro del que tomó la sangre sería un descendiente de estos, lo que “puede aportar muchos datos”, ha indicado el científico.
En cuanto al contenido de su estómago, se han usando dos tipos diferentes de luz de rayos X que determinan qué productos químicos están presentes. Así se ha determinado que el vientre del mosquito estaba lleno de hierro, una de las principales características de la sangre que lleva oxígeno al resto del cuerpo. Además, se han hallado evidencias de porfirinas, que se unen al hierro en la sangre, lo que no deja lugar a dudas de que se trata de este líquido vital.
Fuente: Muy interesante