Varios miles de personas recorrieron este sábado las calles de Lisboa para protestar contra la política de austeridad aplicada en Portugal a cambio de la ayuda financiera concedida por los acreedores internacionales, que exigen cada vez más sacrificios a la población. AFP
El movimiento ciudadano “Que se lixe a troika” (“Que se fastidie la troika”), procedente del grupo de los indignados, también convocó las manifestaciones que se desarrollaban en Oporto (norte) y en otras doce ciudades.
“Hay una salida: el gobierno a la calle”, “el euro hunde el país, referéndum de inmediato”, “no a la troika, no al hambre”, podía leerse en las pancartas y los carteles que llevaba la gente en Lisboa.
Los manifestantes se congregaron en el centro histórico de la capital portuguesa antes de comenzar a marchar hacia el parlamento.
Al inicio de la manifestación, el número de participantes parecía menor que en las concentraciones anteriormente convocadas por este movimiento el 15 de septiembre de 2012 y el pasado 2 de marzo, cuando reunieron en la calle a cientos de miles de personas.
Los manifestantes protestan contra las nuevas medidas de austeridad anunciadas para 2014 en el marco del programa de ajuste negociado en mayo de 2011 por Portugal con la troika a cambio de un préstamo de 78.000 millones de euros.
La troika está integrada por la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para alcanzar los objetivos fijados por los acreedores y llevar el déficit público al 4% del PIB en 2014, el gobierno de centro-derecha presentó el 15 de octubre un proyecto presupuestario marcado por recortes drásticos en los salarios y en las pensiones de los funcionarios.
Se prevé que la tensión social continúe aumentando en el país durante las próximas semanas ya que los sindicatos anunciaron nuevas manifestaciones y una serie de huelgas en el sector público.