Estados Unidos puso fin a las escuchas a la canciller alemana Angela Merkel y otros dirigentes mundiales luego de que Barack Obama se enterara de la existencia de este programa, informó el lunes The Wall Street Journal. AFP
El presidente estadounidense, Barack Obama, supo de esta vigilancia electrónica llevada a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de su país en un informe que encomendó a mediados de año, añade el rotativo que cita como fuentes a autoridades estadounidenses.
Según el informe, la NSA espió las conversaciones telefónicas de unos 35 jefes de Estado o líderes mundiales. El WSJ añade que la Casa Blanca puso fin a los programas de escucha a varios de estos mandatarios y responsables, entre ellos Merkel.
El domingo, la NSA desmintió las revelaciones de la prensa alemana según las cuales Obama sabía desde 2010 que Merkel era espiada.
Bild am Sonntag, la edición dominical del diario alemán Bild, citaba fuentes del servicio secreto estadounidense según el cual el jefe de la NSA Keith Alexander había informado a Barack Obama de un operativo de espionaje de las comunicaciones de Merkel en 2010, mientras que el programa podría haber empezado, según la prensa alemana, en 2002.
“Obama no puso fin a dicha operación, sino que permitió que continuase”, afirmó este medio, citando a un alto funcionario de la NSA.
En un comunicado enviado a la AFP, la NSA desmintió estas versiones.
El general Keith Alexander, “no habló con el presidente Obama de un supuesto operativo de inteligencia que involucrara a la canciller Merkel y jamás habló de algún operativo que la involucrara. Las versiones de prensa que aseguran lo contrario no son ciertas”, señaló a la AFP Vanee Vine, portavoz de la NSA.
La edición dominical del Frankfurter Allgemeine indicó por su parte, aunque sin citar fuentes, que Obama habría asegurado a Merkel vía telefónica que no estaba al tanto de que la habían espiado.
Según Der Spiegel, el presidente estadounidense le habría dicho que si lo hubiera sabido, habría puesto fin de inmediato al programa.
La oficina de Merkel no comentó esta conversación telefónica.
La Casa Blanca explicó que no grababa las llamadas telefónicas de Merkel y que no lo haría en el futuro, aunque rechazó aclarar si lo hacía en el pasado o no.
Varios legisladores estadounidenses intervinieron la noche del domingo para defender las actividades de la NSA.
Para el representante Peter King, que preside la subcomisión de la Cámara para la lucha contra el terrorismo y la inteligencia, Obama debería “dejar de pedir disculpas”. Agregó que las actividades de la NSA habían permitido salvar “miles” de vidas.
Por su parte, el presidente de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Rogers, consideró que “sería una noticia todavía más importante si los servicios de inteligencia de Estados Unidos no estuvieran recopilando información para proteger los intereses estadounidenses tanto en casa como en el extranjero”.
Según Bild am Sonntag, Obama quería estar personalmente informado en detalle sobre la canciller alemana, quien tuvo un papel decisivo en la crisis de la deuda en la Eurozona y es considerada como la autoridad más poderosa de Europa.
La NSA habría por lo tanto reforzado la vigilancia de las comunicaciones de Merkel, no sólo a través del teléfono celular que utiliza para comunicarse con su partido, la CDU, sino también el aparato encriptado oficial, detalló el diario.
Los especialistas de la inteligencia estadounidense podían grabar estas conversaciones pero también ver los mensajes de texto (sms) que Merkel enviaba a diario a decenas de colaboradores.
Sólo la línea directa de su oficina, que cuenta con una seguridad especial, estaba fuera del alcance de los espías estadounidenses, precisó el Bild.
Las recientes revelaciones sobre el alcance de las escuchas estadounidenses a países aliados, incluidos sus dirigentes –consecuencia de las filtraciones del exconsultor de la NSA, Edward Snowden– llevaron a los líderes europeos a exigir un nuevo acuerdo sobre la recabación de información, para poder preservar buenas relaciones y seguir con la lucha contra el terrorismo.
Al descubrir las actividades de su “amigo americano”, Berlín decidió iniciar una ofensiva diplomática luego de haber convocado al embajador estadounidense, en un gesto poco habitual entre aliados cercanos.
Alemania prevé enviar la próxima semana una delegación de responsables de inteligencia a Estados Unidos encargada de obtener explicaciones.