Recordando a Simón Rodríguez: Enseñen y tendrán quien sepa; eduquen y tendrán quien haga

Recordando a Simón Rodríguez: Enseñen y tendrán quien sepa; eduquen y tendrán quien haga

Simón Rodríguez nació en Caracas (Venezuela) el 28 de octubre de 1769. Fue niño expósito, pero, probablemente, sus padres fueron el sacerdote Alejandro Carreño y doña Rosalía Rodríguez. Fue criado en casa de su posible padre, quien le inculcó el amor por la lectura y las humanidades.

Desde 1791 ejerció como maestro de lectura y escritura para niños en Caracas. Poco después tuvo entre sus alumnos al futuro Libertador Simón Bolívar. Influenciado por la ideas de Juan Jacobo Rousseau, Simón Rodríguez dictaba sus lecciones en contacto con la naturaleza, sin la rigidez de las escuelas tradicionales.

En 1797, se involucró en una conspiración antiespañola, y al ser descubierto tuvo que huir de Venezuela. Al llegar a Jamaica adoptó el nombre de Samuel Robinson. Luego pasó a Estados Unidos y Francia. Estando en París, en 1804, se rencontró con su exalumno Simón Bolívar y juntos emprendieron un viaje por varios países de Europa. Estando en Roma, en 1805, fue testigo del famoso Juramento de Simón Bolívar, quien en el Monte Sacro anunció que no descansaría hasta lograr la Independencia del Nuevo Mundo.

Entre 1806 y 1823, Simón Rodríguez trabajó como maestro en diversas escuelas de Alemania, Prusia, Rusia y Holanda. Regresó a América en 1823, e impulsó la fundación de escuelas y talleres en Colombia y Bolivia. Posteriormente tra.bajó maestro y escritor en Perú, Chile y Ecuador. Siempre insistió en la educación popular como la base del progreso de las naciones. También inculcó el pensamiento creativo, el razonamiento científico, el desarrollo tecnológico y la originalidad.

En 1853, se estableció en Amotape (Piura, Perú) junto a su hijo José. En esta localidad falleció el 28 de febrero de 1854. Sus restos reposan en el Panteón Nacional de Caracas, Venezuela.

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