Juan Carlos Sosa Azpúrua: Medicina petrolera

Juan Carlos Sosa Azpúrua: Medicina petrolera

El modelo petrolero es errado y siempre conducirá a la tragedia, no importa quiénes gobiernen. Solamente modificando la forma como se ha concebido al petróleo, y ejecutando políticas agresivas que le den un giro a esta concepción, podrá tenerse esperanza de salir del laberinto maldito donde hemos estado condenados, desde la guerra del Yom Kipur, con la estatización de la economía que le siguió. Las circunstancias de esos tiempos marcaban tendencias que nublaron la vista de muchos gobernantes, quienes no captaban lo sucedido en Holanda, cuando los precios del gas llegaron a niveles récord en los años sesenta, enfermando su economía y obligándole a inventar alguna medicina que le fuera útil para combatirla.

Otros sí comprendieron la naturaleza del mal y cuando les llegó su momento hicieron lo correcto,  aplicando una vacuna que hasta la fecha les ha servido; son los casos de Noruega, cuando el Mar del Norte se hizo rentable y llenó sus arcas de petrodólares; también Alaska, al experimentar el vertiginoso desarrollo que fue posible gracias los precios de los setenta; Texas, y recientemente los sauditas y algunos emiratos.

Los petrodólares vienen contaminados de virus mortales y Venezuela está muy enferma, respirando artificialmente. La cura y ulterior vacuna son vitales, tanto petróleo saliendo de las entrañas de un país fatalmente le ocasiona una enfermedad crónica y mortal, que debe atacarse y luego prevenirse sin que tiemble el pulso.





La medicina es una sola – en otros escritos la indicaremos-, y no ha habido médico que tenga las agallas y determinación de aplicarla.  Hay que aprender medicina petrolera y ejercerla con seriedad.

Habrá que confrontar una idiosincrasia atávica y la nulidad institucional que hoy padecemos. Y este es el mayor de los retos.

 

@jcsosazpurua / jcsa@petroleoyv.com