Otros sí comprendieron la naturaleza del mal y cuando les llegó su momento hicieron lo correcto, aplicando una vacuna que hasta la fecha les ha servido; son los casos de Noruega, cuando el Mar del Norte se hizo rentable y llenó sus arcas de petrodólares; también Alaska, al experimentar el vertiginoso desarrollo que fue posible gracias los precios de los setenta; Texas, y recientemente los sauditas y algunos emiratos.
Los petrodólares vienen contaminados de virus mortales y Venezuela está muy enferma, respirando artificialmente. La cura y ulterior vacuna son vitales, tanto petróleo saliendo de las entrañas de un país fatalmente le ocasiona una enfermedad crónica y mortal, que debe atacarse y luego prevenirse sin que tiemble el pulso.
La medicina es una sola – en otros escritos la indicaremos-, y no ha habido médico que tenga las agallas y determinación de aplicarla. Hay que aprender medicina petrolera y ejercerla con seriedad.
Habrá que confrontar una idiosincrasia atávica y la nulidad institucional que hoy padecemos. Y este es el mayor de los retos.
@jcsosazpurua / jcsa@petroleoyv.com