Dos rostros, el del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y el del exmandatario colombiano Álvaro Uribe, están en el centro de la actualidad informativa de sus países por motivos muy distintos, pero ambos relacionados con el hecho de que la imagen de un líder siempre da rédito político. EFE
Mientras que, según el actual presidente venezolano, Nicolás Maduro, la cara de Chávez apareció en la excavación de un túnel en el metro de Caracas, la de Uribe desaparecerá de los logotipos de su movimiento político y de la propaganda y las papeletas electorales, si no se revierte una orden de la autoridad electoral de Colombia.
Aunque sean casos muy diferentes tienen en común el hecho de que tanto Maduro como el uribismo deben llenar un “vacío”, en el primer caso por la desaparición física de Chávez y en el segundo porque la ley no permite que Uribe, que fue presidente dos mandatos consecutivos, sea candidato en las presidenciales de mayo de 2014.
La frase popular “la cara del santo hace milagros” resume lo que significa en política la imagen de un líder, señala a Efe el especialista colombiano Germán Medina, quien destaca que su uso es el arma de marketing político más vieja y usada en el mundo.
Ejemplos hay muchos: la imagen de Chávez, que dominó la política venezolana desde 1999 hasta su muerte en marzo pasado, está casi en cuanto acto organiza el Gobierno venezolano, así como las de Néstor Kirchner y las de Perón y Evita, que suelen decorar los escenarios donde habla la presidenta argentina, Cristina Fernández.
La hoy presidenta brasileña, Dilma Rousseff, usó sin restricciones la imagen de su mentor y antecesor en el cargo, Luiz Inácio Lula da Silva, en la campaña de las elecciones de 2010.
Medina, que ha asesorado a varios candidatos y presidentes colombianos, recuerda que en la campaña de César Gaviria a la Presidencia en 1989 en la propaganda se alternaba su imagen con la de Luis Carlos Galán, el candidato liberal asesinado cuyo testigo él recogió.
Medina es ahora el “asesor estratégico” del candidato presidencial del uribismo, Óscar Iván Zuluaga, quien ha acusado al Consejo Nacional Electoral (CNE) de “triquiñuelas jurídicas” y de violar “los principios de neutralidad e imparcialidad” por haber prohibido el uso en los logotipos del nombre y la cara de Uribe.
Zuluaga, además, ha culpado al oficialismo de estar detrás de una decisión que “cambia las reglas del juego” electoral.
Según la presidenta del CNE, Nora Tapia, “los logos identifican a las agrupaciones políticas y los nombres hacen parte de la individualidad de una persona y no son transferibles”.
El movimiento político del exmandatario, el mayor adversario político que tuvo Chávez en el ámbito latinoamericano y hoy enfrentado al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, se llama Uribe Centro Democrático (UCD), pero deberá cambiar de nombre si no hay marcha atrás en la decisión del CNE.
Medina asegura que van a dar la batalla para lograr que Uribe, que no puede ser candidato a la Presidencia pero buscará un puesto en el Senado en las legislativas de marzo próximo, esté presente en los logos del movimiento, pues es un “líder natural” cuya cara conoce el 99 % de los colombianos.
“Su cara se vuelve un símbolo que facilita que la gente vote por los que le siguen”, agrega.
El asesor político afirma que toda fuerza política tiene derecho a usar la imagen de su líder, pero advierte de que abusar de ese arma política, sin dar resultados ni cumplir las promesas a los votantes, produce un grave desgaste político.
Este miércoles, Maduro sorprendió a los asistentes a un acto público con la afirmación de que un grupo de obreros del Metro de Caracas había hallado en la pared rocosa de un túnel una imagen que se asemejaba a la cara de Chávez, fallecido en marzo pasado.
“Miren esta figura que les apareció a los trabajadores, pueden hablar con ellos (…) un rostro (…) ¿Quién está en ese rostro? Una mirada, es la mirada de la patria que está en todos lados, inclusive en fenómenos que no tienen explicación”, dijo Maduro.
“Para que ustedes vean, lo que ustedes dicen es verdad, Chávez está en todas partes, Chávez somos todos”, exclamó el mandatario venezolano.
El fenómeno sin explicación anunciado por Maduro, que no es el primero que reporta, ha generado, más que reacciones de entusiasmo de los chavistas o las críticas opositoras, una catarata de mensajes y chistes en las redes sociales.
Nadie duda de que la figura de Chávez va a acompañar de una u otra manera a Maduro durante todo su Gobierno, hasta 2019, y que en tiempos preelectorales como el actual -las elecciones municipales son el 8 de diciembre- va a aparecer con más frecuencia.
El politólogo Nícmer Evans, profesor de la Universidad Central de Venezuela, se pregunta: “El problema es en dónde lo van a colocar, si lo van a colocar de frente, si lo van a volcar de lado, o si lo van a colocar como a Bolívar, como un cuadro, detrás”