Como no tiene de “aquellas” para echar la culpa al “gobierno anterior” por su funesto “legado”, no vaya a ser que el Difunto se le aparezca en forma de demonio y le jale las patas, el payaso de Cúcuta ha inventado una supuesta “guerra económica”. La idea, nada original, es para justificar el fracaso de 15 años de incapacidad y corrupción echándole la culpa a la oposición como si ésta fuera quien gobernara en Venezuela. Vaya descaro.
En el país todo el mundo sabe quien devalúa: el gobierno, nadie más tiene ese poder. Se imaginan a Capriles ordenando una devaluación desde su Comando. Esa no existe sino en la mente enfermiza del Cucuteño.
Igual con quienes se roban los dólares de CADIVI. No pueden ser otros distintos a los altos jerarcas (ministros, empresarios de maletín del régimen y sobre todo militares metidos en todo tipo de guisos), porque si así fuera estamos frente a un gobierno estúpido que permite que sus opositores lo roben, y esa no la cree nadie.
Ni hablar de los ineptos que han quebrado más de mil empresas expropiadas por el líder intergaláctico.
Aunque lo peor todavía no ha pasado. El paquetazo rojo que viene para después del 8D contempla una devaluación del 100 %, mayores restricciones de acceso al dólar, hiperinflación y recesión nunca vistas en nuestra historia económica. El déficit fiscal, la expansión del circulante sin respaldo, la caída de las reservas internacionales, el quiebre de PDVSA, su incapacidad y falta de liderazgo tienen a Maduro contra las cuerdas. En honor a verdad el tipo no tiene “conque”. Es él quien dirige desde Miraflores la guerra económica contra el pueblo. Su última genialidad fue ordenarle a Damírez declararle la “guerra al dólar paralelo”, vaya estupidez declarar una guerra que tiene perdida de antemano. En enero ya lo verán por encima de 100. Los dueños de los dólares del petróleo son los jerarcas del PSUV, o sea son los únicos que ganan con la devaluación.