Federico Black: ¿Con qué se come eso?

Federico Black: ¿Con qué se come eso?

La semana pasada, el Presidente de los millones y millonas, decidió crear algo que aun no sabemos cómo ni con qué se come. Se inventó algo llamado “Viceministerio para la felicidad suprema” ¿?

Los resultados de semejante despecho lo podremos medir el año que viene, cuando salga la edición 2014 del libro de Record Guinnes, en virtud que el año pasado aparecimos como el país más alegre del mundo. Me atrevo a vaticinar que para el 2014 esa felicidad que nos ganamos en 2012, no será sombra ni semejanza.





Creo que es momento de tomarse con seriedad los asuntos públicos y la realidad que estamos viviendo (o sobreviviendo) cada día que pasa en Venezuela. Yo quisiera que Rafael Rios (Viceministro feliz) nos explique cómo transmitirá la felicidad suprema a las 44 madres que el lunes fueron a buscar en la morgue de Bello Monte (Caracas) los cuerpos de sus hijos para darles sepultura, luego de un violente fin de semana en la ciudad capital.

También quisiera saber cómo hacemos feliz a una familia que gana a lo sumo 2 salarios mínimos, que a partir de este mes, se ubica en 2.973 Bs. y entre ambos trabajadores producen 5.946 Bs., pero la canasta básica alimentaria está calculada (por el CENDA) en 7.123,82 Bs. Es que ni un mercado completo podrán hacer esos 2 venezolanos que hace familia, trabaja día a día, pero no ven luz al final del túnel para salir adelante. El sueldo, no les alcanza ni para comprar el mercado completo, y deben rezar todos los días para que en casa nadie se enferme ni ocurra algún evento inesperado que requiera erogación de dinero. Ah, y se les fueron los realitos en pura comida y no han pagado siquiera luz, agua, teléfono, etc.

Me parecería interesante que el Viceministro nos cuente cómo hará feliz a los nuevos profesionales, que entraron a la universidad con el sueño de emanciparse, crear patrimonio, fundar una familia, un hogar, pero la situación económica no da ni para alquilar una habitación en vivienda compartida, frustrando sueños y esperanzas de surgir y vivir como tienen derecho.

Necesito, que el Sr. Rios (el famoso Viceministro) le explique a los venezolanos cómo disfrutar la felicidad suprema cuando acudan a un centro asistencial de salud, que se supone es gratuito y el personal médico y enfermero les anuncie que no tienen insumos ni personal para atenderlos y que deberán ellos mismos (los pacientes) adquirir los medicamentos necesarios para poder ser atendidos y tratado, lo que suprime por completo el principio de salud pública gratuita. Recordemos, que la familia mencionada al principio de este artículo, gastó su dinero solo en comida, ya no les queda medio para atender otras situaciones.

Viceministro Rios, cuéntenos cómo debemos hacer los venezolanos para ser felices haciendo horas de cola para comprar no un carro, un teléfono celular de última generación, un televisor de esos que parecen salidos de una película de Hollywood, sino comida. Horas y horas para acudir a un automercado, del Estado o privado y las colas son de horas para que la gente, los venezolanos podamos comprar un pollo congelado (si acaso), porque lo demás no hay o se acabó entre el gentío.

Sr. Rios. ¿Cree Ud. que los venezolanos que viven en la frontera son o podrán ser seres “supremamente felices”? cuando conviven con guerrillas quienes cobran vacunas a los productores para no ser secuestrados. No es una vacuna para brindarles protección, sino para que no sean privados de su libertad y es que tienen que pagar lo que les pidan, porque quienes tienen la obligación de proteger a los venezolanos y su soberanía (si, sus compañeros de ministerios, pero que no son supremos como el suyo) no lo hacen. Además de tener que sacar dinero de su bolsillo para pagar chantajes, tienen controles absurdos para la carga de combustible, que producto de la incapacidad de producción que tenemos y el ridículo subsidio que le dan a la gasolina, se convirtió en un oro líquido interesante para el contrabando.

Entonces Supremo Viceministro, explíquenos a los venezolanos ¿con qué o cómo se come esa felicidad suprema?