Si las relaciones, tal y como dictaron las convenciones sociales, sólo pudieran estar formadas por un hombre y por una mujer, el mundo sería muy simple y no tendríamos ninguna razón para cuchichear de nuestros vecinos, algo que nos gusta muchísimo.
Por Gabriela/Hablemos de Sexo y Amor
Según últimas estimaciones de la Oficina del Censo de Estados Unidos, desde el 2010 hay 50 millones más de hombres que de mujeres en el mundo. Lo cual es toda una noticia ya que hasta entonces era muy conocida la supremacía poblacional de las mujeres. ¿Qué quiere decir esto? Que nunca, NUNCA, podremos dividir nuestra población en pares-contrarios y tener un número exacto.
¿Cuál es la solución? Podría ser tan sencilla como en la escuela. Si te quedaste último sin pareja, y tu maestra es práctica, la misma diría: ´Ustedes tres pueden ir juntos, Marta se puede poner con Laura y Carlos que se vaya con Luis´. Y todos tan felices en la pausa.
Para todos los gustos
Tríos, matrimonios entre personas del mismo sexo, poliamor, relaciones abiertas, swingers, soltería voluntaria, matrimonio tradicional … Son múltiples las opciones que tenemos los seres humanos para disfrutar de nuestra sexualidad, nuestras relaciones y ser felices.
¿Y qué es lo más interesante de todo? Que nosotros mismos no sabemos cuál de todas nos satisfaría, quizás en un momento determinado o indefinidamente. Tal vez, si abrimos un poco la mente, como quien lee un libro, podamos encontrar opciones más allá de nuestras perspectivas.
Esos ´compersos´
Según varios expertos con los que pude conversar en el reciente Congreso de Educación Sexual FEMESS de Aguascalientes, México, las relaciones de a tres son relaciones más estables y cómodas porque ´están obligados a hablar y a ser sinceros´. Hay que negociar la relación y abrirse a la otra persona – algo que, por supuesto, también deben hacer los monógamos.
Y no son infieles porque mientras no hay engaño no hay infidelidad y se rigen por un concepto conocido como “compersión”, lo que quiere decir ´ser feliz con la felicidad del otro y disfrutar con el placer del otro´. Situación para muchos muy difícil de entender pero que es una alternativa.
Uno de nuestros grandes problemas para no estar predispuestos a este tipo de relación – tanto para respetarlas como para pensarlas para nosotros mismos – es la falta de lenguaje al respecto. Porque si estás en una relación de dos, la otra persona es tu “pareja”, pero ¿y en un trío? Ser un “miembro de la relación” suena un poco extraño.
Relaciones sin definición
Y, ¿cómo llamar a la situación de no ser una pareja estable, pero gustarse y llevar una relación abierta? En México le dicen ´tener un Free´. Pero en otros lugares aún no hay definiciones pero sí, mucha ignorancia: no por nada el comentario típico de los homófobos ante el matrimonio homosexual es: “¿Qué son: marido y marido?” .
La respuesta la encontraremos cuando nos toque a nosotros. ¿Qué hay si un día nos encontramos pasando más tiempo con dos amigos y querríamos mucho más? ¿O me gustan dos personas a la vez? ¿Qué hay si tenemos que vivir separados un tiempo? ¿Qué sucede si simplemente quiero tener otras experiencias sexuales sin dejar a mi pareja? El deseo y las necesidades van más allá de nosotros y todos, y debe ser posible hablar de ello con sinceridad.
Sin querer animar a nadie a la poliamoría, -porque es una decisión muy personal- abogo aquí por una tolerancia sino comprensión de quienes puedan elegir libremente sobre su cuerpo y su sexualidad. Así que, si algún lector es de los afortunados en vivir una relación abierta con la persona que ama, convivir con sus dos mejores amigos o haber encontrado a esa ´media naranja´, con la que quiere vivir toda su vida y no necesita nada más. ¡Enhorabuena!, encontró la opción más adecuada para usted.