Un chico chino de dos años fue rescatado con vida de un hueco entre dos muros, cuya separación era de apenas de 20 centímetros.
Ocurrió en Tongren, una ciudad al sudoeste de China.
Bomberos y voluntarios lograron sacar al menor tras abrir un agujero de medio metro de diámetro en una de las paredes, en el que se introdujo uno de los rescatistas.
El pequeño, que no paró de llorar durante la operación de salvamento, sólo resultó con algunos raspones en la cabeza.
Quedó atrapado tras caer desde un balcón de ocho metros de altura.
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Fuente: Diario Uno