Cree Maduro que con hacer malabarismos contra unos presuntos acaparadores y comerciantes que violan la regulación de precios, dejará de ser visto como el culpable de la crisis económica que cunde a lo largo y ancho de toda Venezuela. Este viernes, por ejemplo, estuvo todo el día produciendo titulares con lo del “caso Daka”, y mañana quizá encontrará unas toneladas de leche en polvo preservadas en el galpón de alguna empresa, y pasado serán unos dueños de abastos chinos que almacenaban café para surtir a sus restaurantes.
Pero, por supuesto, que son maniobras que no duran más de una semana, y el rostro de Maduro y los ministros más incompetentes que ha conocido gobierno venezolano alguno, volverán aparecer con la etiqueta que les ha colocado el pueblo: “CULPABLES”.
Porque es que, tapar con un dedo el sol de la verdad de que el país se quedó sin alimentos porque el socialismo colapsó el aparato productivo agronadero con expropiaciones y confiscaciones para convertir sus tierras en baldíos, no es cuestión de una semana, sino de los meses y años de hambre que nos esperan si los venezolanos no tienen la sensatez de obligar a Maduro a dejar el gobierno, o renunciar al modelo político económico que nos lleva a la ruina.
Son señales que se sienten venir de los cuatro puntos cardinales pero que el gobierno no quiere ver, como si arrebatarle la libertad y la democracia a la gente a cambio de un mendrugo de pan fuera soplar y hacer botellas.
No señor, Maduro, va a encontrar al pueblo en la calle, como que ya resulta imposible aterrorizarlo con nada, y mucho menos con la amenaza de someterlo por la violencia. @MMalaverM